A pesar de que el mercado invernal es tremendamente complicado, el Sevilla FC tendrá la oportunidad de solucionar el error mayúsculo que cometió en el pasado mercado de fichajes a la hora de fichar a Iván Rakitic como sustituto de Éver Banega. Las sensaciones irregulares que ha dejado el croata, además de no ser el mismo tipo de futbolista, están lastrando a los nervionenses en estos primeros meses de temporada.
Lopetegui es un entrenador que necesita la pelota para hacer daño. Este año y medio al frente del Sevilla así lo define. Con una nula capacidad de armar contra-ataques y con un juego ofensivo más que discutible, la presencia de un futbolista que sea capaz de iniciar el juego y asistir al delantero para finalizar es clave en un equipo al que le cuesta crear peligro en estático por la poca capacidad de sorpresa. Los pases de seguridad se repiten en tres cuartos y no hay ningún futbolista que sea capaz de encontrar ese resquicio que sí veía Banega.
La marcha del argentino se preveía difícil para el devenir de los nervionenses, pero no de esta forma. Sin el argentino y con Rakitic, el Sevilla FC ha perdido muchísimo peligro. La evolución del mediocentro croata en el FC Barcelona no le es favorable para el fútbol que necesitan los nervionenses. Un iniciador más que un desarrollador, los tres goles que ha conseguido es lo único potable de un futbolista que jamás de los jamases podía sustituir a Banega. Podría ser totalmente válido en Nervión, pero para eso tendría que dar Lopetegui su brazo a torcer y optar por un doble pivote formado por el croata y Fernando con Suso u Óscar Rodríguez de enganche, algo que parece improbable que se de en el actual Sevilla.
El verdadero problema es ese. Es necesario un cambio, producido por una modificación de la forma de juego o por la llegada de algún futbolista en este mercado que pueda asumir ese rol. Monchi y Lopetegui tienen tarea por hacer en este comienzo de 2021.
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