Jorge Sampaoli se quedó más calvo de lo que está, valga la redundancia en el pais del implante capilar, y el Sevilla FC, realizó un complejo ejercicio de resiliencia en un partido muy pobre en lo ofensivo, pese a tener dos referencias arriba en la primera parte, y en lo defensivo, aguantó como pudo, pese a ese desorden a la hora de cubrir las marcas, ofrecer apoyos y a esa gran capacidad turca de juego directo y agresivo en segundas jugadas y juego aéreo.
Primera parte
Se palpaba la tensión en el campo turco con un Fenerbahçe que empezaría con las revoluciones puestas en los primeros compases del encuentro mediante un juego muy directo y sobre todo agresivo.
De mientras, el Sevilla intentaba bajar el ritmo del partido yendo mucho a los duelos, en gran parte robando en campo contrario y poco a poco, ya en el término del minuto 15, haciéndose con el dominio de balón.
Aún así, poco generarían ambos equipos que estaban teniendo muchas imprecisiones a la hora de atacar. El Sevilla, conseguía robar en altura pero se nublaba la mente en el último tercio, nada nuevo. Por parte del equipo turco, los pupilos de Jorge Jesús, apenas darían argumentos para ir por delante en el marcador pero una mano de Alex Telles en el 38′, revisada por el VAR, cambiaría las tornas del encuentro.
El penalti lo transformaría Enner Valencia en el 41′ y los últimos compases de la primera parte serían de infarto para un Sevilla que necesitaba como el comer pasar por los vestuarios. De hecho, esa efervescencia del gol, generó otra ocasión clara de Enner Valencia que, en última instancia, salvaría Alex Telles poniendo el pie para anular un mano a mano con Dmitrovic que hubiera sido muy peligroso.
Apenas nutrió el Sevilla a sus dos delanteros referencias y apenas aprovechó esos errores en salida de balón del equipo turco para ampliar el marcador.
Poca ambición y actitud del equipo hispalense en una primera parte que no pasó nada y se iría al paso por vestuarios perdiendo por un gol y teniendo la calma tensa en la piernas para la segunda.
Segunda parte
Ya en los segundos 45 minutos la dinámica sería similar. Mucha agresividad y presión por parte de un equipo turco que estaba poniendo bajo las cuerdas a un Sevilla que estaba sufriendo en defensa, de ahí la temprana ocasión de Joshua King en el 48′. E iba a más esta dinámica con un Sevilla que seguía sin reaccionar.
Absoluto dominio turco con y sin balón que seguía creando peligro bajo un juego muy directo. Y tan directo fue, que desde la grada turca empezarían a tirar mecheros y uno de ellos impactaría en la cabeza de Dmitrovic.
Tras la reanudación del juego, 5 minutos después, el partido no cambiaría de tónica. Sampaoli movería ficha para dar refresco a los jugadores y el Sevilla haría por completo un ejercicio de resiliencia en un ambiente hostil que estaría marcado por un juego cruzado de centros laterales y disparos desde fuera del área. En varias situaciones, el Sevilla pudo haber matado el partido, con transiciones de Ocampos y de Lamela que se fueron al traste por su toma de decisiones en el último tercio.
Aún con esas, en la banda izquierda, con un Marcos Acuña abanderando la filosofía del Bilardismo, jugaría con los tiempos del partido, se añadieron hasta 9 minutos de descuento, para dar por finiquitado el pase a cuartos de final en un partido donde el Sevilla no generó absolutamente nada arriba, pese a tener dos delanteros referencia y atrás aguantó como pudo, con varias arreones turcos en diferentes situaciones del partido.