Muchos años han pasado. Tantos, que ya parece que no es novedad. Generaciones y generaciones han vivido como un escudo pasaba por las grandes plazas nacionales pidiendo perdón por comparecer. Más preocupado de no ser mirado que de mirar. Más preocupado de no ser mordido que de morder. Agachando la cabeza con servilismo y sumisión.
Históricamente, el que más respeta y el que más incapacidad muestra a la hora de ir de verdad cuando se enfrenta a alguien ―supuestamente― más grande que él. Como el que sale de su tierra y, antes de que llegue a su destino, ya tiene sellado su billete de vuelta. Razones socioculturales que se escapan a la lógica y que parecen no querer esfumarse. El castigo de vivir en la idiosincrasia del complejo de inferioridad.
Y es algo que transciende del fútbol en sí. Algo cultural que va más allá de un deporte. El deporte es solo la muestra más clara de ello. Todos han sido partícipes de un circo mediático ―que en ocasiones ha rozado la alevosía― y que ha derivado en no ser más que un simple sparring al servicio de un establishment tan asentado en el imaginario colectivo que desgraciadamente ya se ve como algo natural.
No son muy lejanos esos tiempos de consentir ser ninguneado y menospreciado en medios de comunicación delante de todos sin que nadie dijera nada. Permitiendo que noticias manipuladas se introdujesen en el imaginario colectivo con una facilidad pasmosa y sin oposición alguna. Viendo cómo una región y un acento se iban convirtiendo poco a poco en el hazmerreír de todo un país.
Es mucho tiempo siendo ese vecino simpático para el que solo quedan las migajas. Viendo como el resto se reparten privilegios y hay que conformarse con las sobras. Un curioso símil que pone de manifiesto cómo se puede extrapolar el reflejo de la identidad de un simple equipo de fútbol al funcionamiento de un país.
Habrá quien derive en factores externos. Y está claro que existen. Más de los que podemos imaginar. Pero, por muchos favores del sistema que haya, esto no es más que una cortina de humo que impide ver lo que hay detrás de todo. El mayor obstáculo es uno mismo. Nadie más. Y hasta que no se salve ese obstáculo ―el más importante de todos― el resto de cosas serán en vano.
Ha llegado el momento de no achicharse y de dejar de poner alfombras rojas. Y, aunque las cosas no salgan, nada es reprochable si se hace con esfuerzo, competitividad, valentía y mirando de tú a tú. Solo en ese caso se podrá estar orgulloso.
Muchos años han pasado. Y puede que mañana sea tarde. Un complejo de inferioridad tan absurdo como interiorizado con el que algún día habrá que romper. Para dejar de ser lo de siempre para los de siempre. Para empezar a ser grandes, pero de los de verdad, y no de los que se arrugan. La hora de dejar de ser… mendigos del sur.
[Estadio Camp Nou | FC Barcelona – Sevilla FC | 03-03-2021]
Datos de interés:
Posible once del FC Barcelona: Ter Stegen; Dest, Piqué, Lenglet, Jordi Alba; Busquets, De Jong, Trincao; Dembelé, Griezmann y Messi.
Posible once del Sevilla FC: Bono; Aleix Vidal, Koundé, Diego Carlos, Escudero; Fernando, Jordán, Óliver; Suso, Munir; En-Nesyri.
Árbitro: José María Sánchez Martínez (VAR: Ricardo de Burgos Bengoetxea).
TV: Telecinco.
Hora: 21:00.
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