La próxima vez que el Sevilla FC salte al terreno de juego ya será mayo. El mes donde la Jacaranda tiñe de morado los rincones más emblemáticos de la ciudad, como el Parque María Luisa, los Jardines del Alcázar o la ribera del Guadalquivir, el mes donde la Puerta de Jerez se convierte en centro neurálgico de la capital andaluza, el mes donde la plata invade Nervión, donde la lluvia empieza a ser bien recibida tras dejar atrás la Semana Santa y la Feria, donde el camino de arena acaba en milagro, el mes donde el sevillismo sueña despierto porque es incapaz de cerrar los ojos, asombrado por lo que su equipo es capaz de conseguir.
Mayo se presenta con cinco partidos en el calendario. Los últimos cinco. En otro momento, estaríamos hablando, y escribiendo, sobre los puntos que le hacen falta al Sevilla para cumplir su objetivo en la competición nacional, de cuáles son los números que llevarían al equipo a estar en Europa un año más, de pensar si hay que dar descanso en la liga para llegar más frescos a otra gran final. Pero este año todo es diferente. Este año, el Sevilla FC le saca 17 puntos a su principal perseguidor, ha cumplido con la meta propuesta a principios de temporada, y sin presión, se codea con aquellos superequipos que multiplican su presupuesto y fantasea con lograr lo imposible. Es gratis, y no hay nada que perder.
Si hay algo que diferencia al Sevilla del resto de los superequipos que de momento están por delante suyo, es que los de Julen Lopetegui no tienen presión. No hay miedo. Mientras el Cholo sigue dando rodeos para ver cómo puede esquivar la pregunta de si el Atlético de Madrid es candidato o favorito, mientras el Real Madrid empieza a pensar en presumir de haber ganado otra Champions, mientras el Barcelona depende de ganar la liga o no para catalogar la temporada de éxito o fracaso, el Sevilla FC muestra hambre, afila sus colmillos, y solo se mueve con el afán de dar por culo ondeando la bandera del “nunca se rinde”.
El mes donde el rojo y el blanco invade el viejo continente comienza el 3 de mayo en casa ante el Ahtletic. Un día antes del aniversario de Eindhoven, el Sevilla visita Valdebebas. Dos días antes de rememorar la final de Turín, los de Julen Lopetegui recibirán al Valencia. El mismo día que se conquistó Glasgow, hay que visitar a Unai Emery en La Cerámica, el entrenador que borró la sonrisa a Jürgen Klopp un 18 de mayo en Basilea. Cuatro días antes de recordar lo sucedido en Varsovia, el Sevilla cerrará una brillante temporada de liga ante el Alavés. Sevillistas, mayo ya está aquí. Soñemos despiertos.