El Sevilla FC, un día más, regala el centro del campo. Para ellos, que nosotros no lo queremos. Mientras tanto, el equipo juega una y otra vez por las bandas a colgar balones al área pero, casualmente y resulta hasta gracioso, el equipo materializa más desde la segunda línea.
La victoria del Sevilla llegó, pero con las mismas carencias tanto físicas como técnicas y las mismas deficiencias tácticas. El Sevilla recorre la banda de arriba a abajo y mil balones pasan, la mayoría sin pena ni gloria, por el área rival. Sí, hasta ahí todo más o menos bien. Si a Suso le da por sacar la varita, la cabeza de En-Nesyri la manda dentro de cabeza y aparece otra individualidad, pues las cosas salen. Cuando el equipo rival se te encierra atrás vuelve el problema. Podría estar Navas tirando centros unos treinta o cuarenta días y el equipo no anotaría un solo gol.
Frente al Las Palmas si hubo popurrí de ocasiones, porque a las 26 que tuvo el equipo no suman los centros sin destinatario. ¿Eficiencia? Sí. ¿Eficacia? Eso ya es otra cosa. Lo que sí está claro que de nada te sirve colocar a Sow, Rakitic, Óliver Torres y Suso si abandonas el centro del campo. Se lo regalas al rival para que haga y deshaga a placer sin una pizca de dificultad. El día del Girona te salió caro y la astucia de Míchel destrozó el partido colocando a su lateral izquierdo al medio para volver loco a la banda derecha al completo. Pero es que el último rocambolesco planteamiento deja latente que Mendilibar tiene perdido los papeles.
¿De qué te sirve jugar con cuatro jugadores de balones al pie, si lo que más te da es el músculo para recuperar, la velocidad para avanzar y la altura para rematar? La destacadísima y útil pareja de delanteros que tanto le sirvió en Ipurúa no la ha probado aquí en Sevilla. A bote pronto, En-Nesyri y Rafa Mir se podría decir que solo coinciden en el vestuario. Ya hay tres delanteros y un extremo -por cierto mojó ayer- que puede jugar también en punta. Lo dejamos ahí por si le sirve como idea. En cambio, cuatro jugadores situados fuera de posición que merman su rendimiento al tener que adaptarse a un juego que no les va. Ni Sow es Fernando, ni Rakitic está para correr detrás de la pelota. O piernas para contener y morder a tu rival, o pelotita al pie. Pero sin mezclar. Zapatero, a tus zapatos. Ni hablar ya de los cambios, esos que a veces no llegan o llegan tarde y que, en su mayoría, es hombre por hombre para no tocar lo bien que funciona el equipo.
Que trate de remontar el vuelo porque de volver a perder no es para nada desacertado si empezamos a abrir el debate de cambiar el banquillo. El miércoles es el día de dar el salto. José Luis, hazlo por favor.