Marcos Javier Acuña llegó para suplir la baja de Reguilón. Con el tiempo, se ha demostrado que no es un perfil parecido al canterano del Real Madrid. Distintos en algunas facetas. La progresión del argentino en la temporada, responde a un jugador que ha ido de menos a más. Una pieza capital para el Sevilla de la 2020/21.
Es, sin duda, una de las grandes irrupciones de esta 20/21 en LaLiga. Con su contratación, se aseguró polivalencia para jugar en distintas posiciones del sector izquierdo (extremo, lateral o incluso central). Además, su capacidad para repetir esfuerzos y conseguir mantener la pelota en su poder, hacen que parezca que tenga un pulmón de más. La entidad nervionense, respecto a la pasada temporada, perdió explosividad con la marcha de Reguilón, pero se ganó en inteligencia tanto en situaciones ofensivas como defensivas con el fichaje del ex del Sporting de Portugal.
No demasiados laterales zurdos pueden dedicarte las funciones que él te consigue hacer en la actualidad. A partir de su salida de balón, el argentino es capaz de asumir responsabilidades y crear juego a través de su figura. Julen Lopetegui lo sabe y empieza a construir jugadas y dividir los marcajes del rival a partir de Koundé o Acuña; seguramente, para el técnico vasco, estos dos jugadores intentan representar lo que hizo en la temporada pasada Éver Banega.
También te consigue lanzar embestidas por su banda y te transmite un plus competitivo increíble, porque cada vez que juega, rinde a las mil maravillas, adquiriendo funciones que en principio no son de él, pero debido a su gen es capaz de absorber y ayudar al equipo.
En definitiva, un futbolista que, como dice @migquintana, es “puro Ramón Sánchez-Pizjuán”.