¿Se imaginan a todo el Estadio Benito Villamarín entonando el himno del Arrebato? ¿O cantando a favor de un entrenador del Sevilla? Pues eso, al contrario, sí ha pasado en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán. Viene muy bien hilado, por el derbi próximo de Copa del Rey entre Real Betis y Sevilla FC para explicar la indudable rivalidad histórica que existe en la ciudad entre estos dos equipos, así como la imaginación de la gente para degradar la moral de sus más acérrimos enemigos futboleros.
Hace cinco años, en enero de 2016, el vaso de ridículos del Real Betis en los derbis rebosó. Mientras, los aficionados locales cantaban con orgullo y apreciaban como “su Sevilla” goleaba (por enésima vez en esos años) a un Real Betis vejado hasta decir basta.
La afición del #SevillaFC canta el himno del #Betis en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Documento histórico pic.twitter.com/2obGIkXXp8
— Jose Gavilán (@JoseGavilanR) January 12, 2016
Temporada 2015-2016, dos océanos de diferencia entre ambos conjuntos
Aún la Copa del Rey se jugaba a doble partido y Sevilla y Real Betis cruzaron sus caminos en los octavos de final del torneo nacional. En Liga, en ese momento, ninguno de los dos equipos estaban cumpliendo con las expectativas. Mientras el Real Betis estaba instalado en la zona (decimoquinto, a cinco puntos del antepenúltimo), el Sevilla andaba en séptimo lugar tras un pésimo inicio , ¡donde incluso llegó a ser colista en la jornada 5!
Pero, entre ambos equipos, esa temporada, como las anteriores y alguna que otra sucesiva, había diferencias evidentes en la calidad de un entrenador y otra, así como la de sus futbolistas.
Y el partido de ida, en recinto bético, ya demostró las diferencias, pues el Sevilla, con solvencia, solucionó la papeleta con un 0-2. Quedaba el partido de vuelta, que fue un trámite y una de las noches de mayor tristeza y rabia para los hinchas béticos, al menos, en este siglo XXI.
El encuentro, como tal, no tuvo mucha historia. Cuatro tantos frente a cero. Un equipo que sabía jugar ese tipo de encuentros, que se sentía superior y cómodo; frente a un conjunto que no conseguía transmitir ni el más mínimo ápice de decencia competitiva, ni siquiera contra su más acérrimo rival.
? #TalDíaComoHoy el #SevillaFC ganaba por un 4-0 en octavos de final de la #CopaDelRey en un derbi copero. ⚽??#NuncaTeRindas #WeareSevilla #LaCopaMola pic.twitter.com/FGWeczZViM
— Sevilla Fútbol Club (@SevillaFC) January 12, 2022
Pero los goles fueron la consecuencia de que lo mejor estaba por llegar en clave Sevilla. Abanderados por un José Antonio Reyes estelar, quien usaba dos tipos de botas. Unas para días normales y otras para los derbis. Los Vargas, Pezzella, Digard y Petros… y Joaquín fueron meros espectadores de una fiesta a la que invitaron para reírse de ellos. Lo único que podían hacer era esperar a que las agujas del reloj pasasen lo más rápido posible. El gol más recordado es el de Kakuta, el que cierra el marcador. Porque hasta un jugador totalmente residual en la plantilla del Sevilla, que no había marcado tras cinco meses en la disciplina sevillista, sí conseguía marcarle al Betis. Y claro, imagina las gradas.
Ese encuentro es una goleada donde el Sevilla hizo sangre pero, aún así, se contuvo en muchas fases del encuentro. Porque el verdadero espectáculo y del cual, la gente, sevillistas, lo recuerdan es por el goce y disfrute en las gradas del Ramón Sánchez-Pizjuán. Los que estuvieron en el estadio ese día lo recuerdan como algo especial por lo vivido como espectador local.
En el último enfrentamiento entre el #SevillaFC y el Betis en #CopaDelRey comenzó con un 0-2 en el Villamarin y en la vuelta se llevaron un 4-0 que culminó con una humillación y un goblal de 6-0 para el Sevilla. pic.twitter.com/SzWUL0mEos
— Tercer Anillo De La Bombonera. (Moisés) (@Moises1981SFC) January 7, 2022