La intrahistoria del RB Salzburg tiene consigo dentro una pérdida de su propia identidad. Con hasta cinco diferentes nombres y por ende cinco escudos, lo que es la hegemonía del Salzburgo actualmente en el fútbol austriaco, muchos años atrás no se replantaría en ningún momento lo que es ahora el club.
Concretamente hay que remontarse a los años 30, cuando en 1933, el Salzburg FC Hertha, de inspiración burguesa y FC Rapid Salzburg, de inspiración campesina, se unirían pese a sus diferencias sociales para crear un equipo de fútbol, el Sportverein Austria Salzburg. Y sí, eso es el fútbol, aquello que une a unos y a otros por una causa común, el sentimiento por unos colores, no como estamos viendo en este fútbol moderno donde el dinero lo mueve todo.
Tras su fusión, futbolísticamente hablando, el equipo vivió en categorías inferiores a la primera liga austriaca, hasta que 20 años después, alcanzó la división de oro de Austria tras ser campeón de la Tauernliga, actualmente la tercera división austriaca.
Ya en la primera división austriaca en 1953, la diferencia de nivel con respecto a los demás equipos de Viena era de años Luz. No en vano, en los años del BabyBoom hasta 1978, iría alternando ascensos y descensos, lagrimas de alegrías y llantos de pena, pero su filosofía y su idiosincrasia seguía vigente en el club, que iba vestido de morado y blanco, con el apodo de “Die Mozartstädter”, en honor al hijo pródigo de Austria, Mozart, y no como le nombran ahora, los “Die Roten Bullen,” Los toros rojos.
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La llegada a la ciudad en 1978 de esta empresa destruiría por completo los orígenes del club, que más tarde, por el 2005 cogería el relevo la empresa Red Bull GmbH. El mismo de su llegada, la empresa se haría con el control completo del equipo, pasando a ser llamado S. V. Casino Salzburgo.

No obstante, una gran inyección de capital hizo que ese equipo ganara dos veces la Copa de Austria, 3 campeonatos de Liga y llegar a la final de la Copa de la UEFA donde fue derrotado por el Inter de Milán por 1-0 tanto en la ida como en la vuelta. Pero, esa primera década dorada terminaría en la campaña 1996/1997 cuando el equipo fue comprado por una empresa financiera llamada Wüstenrot y pasó a ser el Wüstenrot Salzburg.
A partir de ese cambio de estatutos, los resultados empeorarían y económicamente el club estaba hundido, al no poder pagar las deudas financieras de años atrás. Es por ello que tuvo que vender a sus mejores jugadores, como el hondureño Juan Cárcamo y el austriaco Richard Kitzbichler. Además, el club pasaría a ser una sociedad mercantil y por ende otro nombre, Salzburg Sports A.G.
Este mismo equipo, hasta la temporada 2004/2005 repetiría una constante lucha por la permanencia, pero esos mal trago sufrido cambaría radicalmente cuando Dietrich Mateschitz, uno de los mayores accionistas de Red Bull, apostó por comprar el Salzburgo y hacer una revolución total del club, empezando en su orígenes.
Dietrich Mateschitz, el causante de todo
Nada más llegar la empresa multinacional a la directiva del club, cambiaría el escudo. De ser un futbolista corriendo con un balón dentro de dos círculos a ser dos toro rojos sobre un sol amarillo. A eso, vendría el cambio de los colores tradicionales del Salzburgo. De la equipación morada y blanca, se paso a la elástica roja y blanca, los colores corporativos de la empresa. Totalmente una eliminación de la identidad y cultura de 72 años de historia de un club.
Y la cosa fue más, puesto que se llegaron a esconder los trofeos cosechados anteriormente en los años 80 y 90. Y con ello, empezarían a ver las primeras quejas de los aficionados, los cuales irían, en forma de manifestación, con camisetas antiguas del club. Esto no pasó desapercibido y muchos aficionados fueron expulsado del propio campo por este mero hecho.
Tras ello, las protestas seguirían aumentando hasta tal punto que el club, para dar un respiro regalaría una camiseta oficial a cada aficionado y se incluiría un balón con el escudo antiguo y tradicional.
Pese a ello, esto no paró una completa revolución por parte de la hinchada del Salzburgo. Muchos de ellos, se deshacieron del abono del Salzburgo para crear un nuevo club, acorde a los colores la tradición y la cultura que una tarde cálida de 1933 comenzaría. Ese club se llamaría Austria Salzburg, haciendo honor a sus inicios.
De la hecatombe al estrellato
Sea como fuere, tras unos primeros años de mucha tensión, la gran inyección económica se notaría notablemente años después. Y así se ve actualmente. La hegemonía del Salzburgo se conoce por si sola, 6 años consecutivos ganando el campeonato de Liga, un absoluto periplo. Pero, en la retina de muchos aficionados queda esa estocada en el corazón de aquella pérdida de identidad y cultura que el millonario austriaco y croata ejecutó en 2005.
Quién nos diría que de una fusión de diferentes clases sociales en 1933, un multimillonario, incluido en la lista Forbes, iba a comprar y asesinar la historia de un club por dinero. Así es la actual bestia del Fútbol moderno, que acecha todo lo que viene por su camino a base de dinero.