El Sevilla, con un resultado adverso en la ida, ha conseguido exprimir la eliminatoria, teniéndola abierta, prácticamente, hasta el último segundo. Seguramente, en el Signal Iduna Park, se haya podido ver una de las mejores versiones del equipo nervionense en la temporada.
Antes del gol del primer gol de Haaland
Lo que sucedió antes del minuto 35 (momento del 1º gol del Dortmund), era el escenario que estaba buscando el Sevilla, en ese sentido, pocos reproches puede haber para la figura de Julen Lopetegui.
El equipo rojiblanco salió al terreno de juego con una novedad, que dado los minutos sobre el terreno de juego, fue una grata sorpresa. Óscar partió como mediapunta, con tendencia a caer a banda izquierda. El madrileño buscaba las espaldas de Belingham, donde creaba superioridades, haciendo un 3 contra 2: Acuña, Ocampos, y Óscar frente Morey y Reus) y aceleraba jugadas.
Haciendo reminiscencia, el partido de ayer en el “Westfalenstadion”, recordó a lo vivido, en aquella fase final de Europa League, donde se vio un equipo que abrumaba desde la circulación de balón, que recuperaba rápidamente y que, a través del centro lateral, conseguía dominar esos balones que salían rechazados del área contraria, volviendo la posesión, continuamente, a favor de los sevillistas.
Recordamos una conversación en el túnel de vestuarios, en el partido de ida antes de comenzar el choque, donde Jordán dijo: “Que reciba (Haaland) al pie”. Ya todos saben las consecuencias. Hoy eso no pasó. Diego Carlos, a quien se le acusa, con motivos justificados, de sus errores en fechas importantes, ante el noruego, demostró que sabe anticiparse y que sabe sujetar, también, al rival más imponente.
Un Dortmund debilitado por la ausencia de banda izquierda (Guerreiro-Sancho)
En el choque de ida, Jadon Sancho fue fundamental. Sin el inglés, a los ‘borussers’ les costó más sorprender y acelerar jugadas. Esa baja también se ha notado en la figura de Haaland, quien ha sido más ‘humano’, pero que, aún así, ha conseguido sumar dos goles en un encuentro, donde los locales han tenido muy pocas certezas.
El Borussia jugó con contratiempos importantes, ya que no estuvieron futbolistas capitales. Se taparon las bajas de Sancho, Guerreiro y Akanji con Hazard, Schulz y retrasando a Emre Can al eje de la zaga.
El (sorprendente, pero corregible) mal partido de Koundé
En lo que seguramente sea una de las peores semanas, en cuanto a resultados, de Julen Lopetegui desde que está en el banquillo sevillista, también han sido unos días complicados para el central galo.
Se hace raro referirse así al francés, pero es cierto que pudo haber estado más contundente en la acción que acabó con el primer gol del ‘9 amarillo’, sobre el que también cometió el penalti que supuso el segundo. Aún así, son errores que pueden subsanarse con el tiempo y que no restan el aura que se está creando alrededor de la silueta del ’12’ sevillista.
En líneas generales, pese al mazazo psicológico que supuso el primer tanto rival y pese al penalti, que nunca debió repetirse (absurda norma de la ‘International Board’), los andaluces ha acabado como tenía que hacerlo, obligando al rival a estar al 100% hasta que pitara el árbitro. La eliminatoria ha tenido dos factores claves: la impresión de que sigue faltando ese punto diferencial arriba, que hubiese podido hacer más daño la horrible y desorganizada defensa posicional del Dortmund y el otro estuvo en el partido de ida, donde Haaland y Sancho, en 30 minutos, consiguieron desequilibrar la estructura del Sevilla.