El Sevilla de Jorge Sampaoli empezó con un empate ante el Athletic Club en el Ramón Sánchez Pizjuán. Un conjunto vasco que, en este inicio de temporada, esta haciendo las cosas realmente bien, decisivo en las dos áreas y matador en las transiciones, y que la tabla clasificatoria lo avala.
No obstante, en cuanto al Sevilla nos respecta, los pupilos de Sampaoli, con 2 entrenamientos que tan solo ha podido tener el técnico argentino, demostraron que el cambio de aires y sobre todo de entrenador le ha venido muy bien en lo emocional, de momento.
Más allá de la táctica, de la cual no podemos hablar porque a Jorge Sampaoli le queda mucho por inculcar a los suyos para implantar su identidad de juego, en cuanto a factor mental y emocionalidad, Sampaoli le está dando la vuelta a la tortilla para poder recuperar la mejor versión individual de jugadores como Joan Jordán, Gonzalo Montiel, Papu Gómez.
Sea como fuere, otros jugadores como Óliver Torres, Isco o incluso Lamela tienen que dar un paso al frente para asumir un rol importante en el equipo. Actualmente, son los tres jugadores que mueven al equipo y aportan tanto en lo ofensivo como en lo defensivo a lo que les respecta.
La emocionalidad traducida en lo ofensivo
Ayer, el equipo se le vio con más ímpetu y énfasis en lo ofensivo, cargando el área de manera correcta y con gran presencia de jugadores, además de generar constantemente esos triángulos de asociación que son importantes en el mundo del fútbol.
No obstante, en cuanto a lo defensivo, si es verdad que se siguen viendo los mismos lunares de siempre pero ya vamos viendo los pequeños matices que quiere cambiar Sampaoli; bloque compacto defensivo con defensa adelantada y siendo rápidos en la basculación y el repliegue hacía atrás, además de ser agresivos sin balón para recuperar en campo contario y tras las pérdidas, como vimos ayer a un Óliver Torres, que en ese sentido y en muchos más, estuvo inefable.
Aun así, también hubo muchos fallos en la salida de balón donde la precipitación, los errores en los pases y ese exceso de emoción pudo costar muy caro al Sevilla en el partido.
El físico marcará el rumbo del equipo
Hasta que hubo físico el Sevilla pudo competir gracias a ese impulso emocional que produjo Sampaoli con su discurso. No en vano, a partir de minuto 60 más o menos, el equipo se vino abajo por esa falta de preparación física que viene también en gran parte parte premeditada por el anterior cuerpo técnico aunque, el foco principal va a la planificación de una plantilla con una edad media muy avanzada y que no hay hombre en la medular sobre todo que trasmitan fuerza y físico, sin contar a un Fernando que está visto y comprobado que no puede aguantar todo.
De ahí, a que el físico marque hasta donde puede llegar y competir el Sevilla FC, porque, sin gasolina, te superan por completo en este fútbol moderno donde lo físico prevalece a lo creativo.
Por el momento, pies en el suelo. Hay que dejar trabajar a Sampaoli para que implante su identidad de juego y al mismo tiempo recuperar anímicamente a muchos jugadores individuales para que se sientan cómodos en el campo y con un planteamiento que se adapte a ellos, no como con Lopetegui donde era lo contrario.