El fichaje de Isco por el Sevilla ha sido una explosión mediática, por la trascendencia de la llegada del malagueño al Sánchez-Pizjuán, y de concepto. El ex del Real Madrid, condenado al ostracismo durante las últimas tres temporadas, recala en un club experimentado a la hora de trabajar con este perfil de futbolista.
Los casos de Banega o de Nasri, que además del revuelo en prensa significaron un punto de inflexión en el juego, son los más recientes y el de Arroyo de la Miel aspira a reencontrase con su mejor fútbol en la capital de Andalucía.
Jugadores como Éver Banega o el mismo Nasri en apenas una temporada hicieron levantar del asiento a muchos aficionados sevillistas. Sea como fuere, llegada de Isco Alarcón hay que tomarla con piano, con paciencia. No va a rendir desde el minuto inicial, tiene que darse una continuidad concreta.
El contexto y el entorno que le rodea es ideal para recuperar la mejor versión del jugador y sobre todo, que tenga confianza y un rendimiento continuo. Y de eso, el Sevilla FC sabe mucho a la hora de recuperar la mejor versión de jugadores.
Lopetegui, su principal valedor
“Cuando Lopetegui empezó a apostar por mí casi no jugaba en el Madrid, y eso se lo tengo que agradecer”. Esto mismo decía Isco tras su gran actuación ante Italia que maravilló al mundo del fútbol. Y es que, para Lopetegui, Isco siempre ha sido su ojito derecho.
El técnico vasco nunca ha escondido su predilección por el malagueño. Esto mismo decía el entrenador sevillista hace un par de meses; “Es un grandísimo futbolista y no oculto mi admiración por Isco”.
Un salto dinamizador en ataque
Entrando en materia táctica, Lopetegui, ya conocedor de las cualidades y las capacidades técnico-tácticas de Isco Alarcón, sabrá de sobra donde colocar al de Arroyo de la Miel para que aporta al Sevilla lo que necesita en ataque; dinamizar y potenciar el juego interior, atacar con clarividencia a entramados defensivos tan bajos (Bloque bajo, defender muy atrás), alternar ataques por zonas exteriores-interiores que le darían un salto de calidad al equipo en lo ofensivo.
Todo lo comentado en antes te lo puede dar un Isco Alarcón que parta inicialmente desde la izquierda, como extremo izquierdo, o mejor dicho como un falso extremo con tintes de mediocampista, pero que tenga total libertad de movimientos para bajar a zonas de iniciación y subir el balón hacía 3/4 de ataque, incidir por zonas interiores, combinando rápido o rompiendo líneas rivales con su calidad técnica
Una posición muy similar a la que empezó jugando Papu Gomez, pero esta vez teniendo libertad desde inicio.
La 17/18, el mejor ejemplo
La temporada 2017/2018 fue donde Isco dio su mejor versión de fútbol y donde los datos finales de esa temporada se reflejan perfectamente. En cuanto a pases hacía el área rival, conducciones progresivas, creación de acciones de tiro cada 90′, fue de lo mejor de LaLiga.






En la temporada 17/18, todo datos de Fbref, el malagueño fue el 5º que más distancia progresó a través de conducciones, el 2º que más conducciones progresivas hizo, el 4º que más acciones de tiro cada 90 minuto generó y el 4º que más pases filtró al área rival. Un recopilatorio de datos que necesita plasmar en un Sevilla que en zonas de iniciación se maneja muy bien pero que en 3/4 se le nubla el juego y se vuelve muy previsible ataque.


Aquí se ve muy bien. En su mejor temporada, al igual que en su totalidad de la carrera, suele partir desde la izquierda pero su radar de acción en cuanto a conducciones, combinaciones a través de paso y disparos es completo en la mayor parte del terreno de juego.
Un flanco izquierdo monopolizador
Con la llegada de Isco, en el flanco izquierdo se junta tres jugadores con una aportación en lo ofensivo más que buena. El tridente Papu-Acuña-Isco a priori, por todas las cualidades de los jugadores, generaría mucho peligro y monopolizaría en gran parte el peligro que se genera. Aún así, estoy hablando desde la especulación.
No que no es una especulación es el nivel que puede mostrar el andaluz si consigue un rendimiento continuo y una confianza en sí mismo, un aspecto muy importante en el fútbol. Es hora que otro número 22 en la espalda nos levante de los asientos “mal pintados” de la catedral del fútbol sevillano.