Desde que Alejandro Acejo es entrenador del Sevilla Atlético, varios jugadores del Sevilla C se han ido involucrando en el primer filial del conjunto nervionense.
Es cuando entran en escena tanto Lulo Dasilva como Miguel Capitas o mejor conocido como “Capi”. Dos jugadores de 19 y 20 años respectivamente que se han asentado rápidamente de manera prodigiosa en un Sevilla Atlético que fundamenta su sala de máquinas en ellos.
Su gran complementación en el centro del campo a la hora de hablar de identificación de espacios a atacar, ser receptor de pases constantemente, incidir en todo el campo tanto en fase defensiva o en fase ofensiva, incrustarse entre centrales para salir de la presión y filtras pases verticales a los movimientos de ruptura de los extremos han hecho que en gran parte el Sevilla Atlético esté donde esté actualmente, fuera del descenso y mirando de reojo a los play-offs de ascenso a Segunda.
Sea como fuere, si es cierto que las lesiones de Pedro Ortiz por ejemplo han propiciado la aparición de estos dos jugadores. No obstante, la rápida adaptación a una competición mucho más competitiva que la tercera RFEF hacen prever que estos dos jugadores son el futuro de la cantera del Sevilla Atlético y porqué no del primer equipo.
Lulo Dasilva, el pulpo hispano-brasileño
Cuando pensamos en un jugador que sea un gran receptor de pases libre de marca, leyendo los espacios para descongestionar la presión rival, incrustándose entre centrales para darle una salida más fluida al equipo y llegando de manera vertiginosa en segunda línea, ese el Luis Dasilva o mejor conocido como Lulo.
Con 1.89 metros es un futbolista de complexión delgada pero que en los duelos aéreos se maneja con suma facilidad. No en vano, es uno de los causantes, al igual que Kike Salas y Juanmi, de que el Sevilla Atlético defienda mejor los balones parados y los centros laterales.
En cuanto al juego se refiere, el mediocentro criado en las categorías del Calavera se maneja muy bien con ambos pies e identifica rápidamente al compañero libre de marca para salir con el balón jugado desde atrás. Es mucho de apoyarse con los laterales y a partir de ahí lanzar una transición ofensiva. Pero su movimiento por antonomasia es la de incrustarse entre centrales y así hacer que estos mismos se abran a los costados para salir con el balón jugado.
No en vano, no es un jugador con una punta de velocidad alta, pero si hablamos del posicionamiento es un especialista. Identifica perfectamente donde posicionarse y la mejor elección para desatascar, ayudar, presionar y mover el balón de un lado a otro. Su rigor táctico es inaudito para la edad tan temprana que tiene.
Además de asumir galones en la iniciación de balón, arriesgando en varias ocasiones, se siente muy cómodo en presiones altas y eso le facilita el temple y la calma a la hora de verse presionado por varios jugadores rivales.
No obstante, aunque sea un jugador de un corte más defensivo que ofensivo, cuenta con unos registros técnicos asequibles. Es muy pragmático a la hora de zafarse de rivales y utiliza muy bien su cuerpo para orientarse al mejor perfil ya sea para ejecutar un pase u otra acción del partido.
Para finalizar, cabe destacar que tiene un gran timing y marca muy bien los tempos a la hora de anticiparse al rival y prever por que zona va a ejecutar el pase a su compañero, lo que le convierte en un jugador muy inteligente en ese aspecto.
Capi, el mediocentro con alma de extremo
La otra cara de la moneda es Capi, un mediocampista más vertical que Lulo, por la forma de jugar y su incidencia en el juego.
Si es cierto que con el Sevilla C ha jugado en varias ocasiones como extremo derecho, pero por sus cualidades, la medular es su posición ideal, aunque hay varios destellos que son naturales de jugadores de banda.
Junto a Juanlu, otro mediocampista de corte más ofensivo que defensivo, conforman una pareja cuya facilidad es internarse fácilmente en el área rival y filtrar balones a los movimientos de ruptura de los extremos, en este caso Luismi y Zarzana.
Además, Capi tiene una muy buena lectura de juego y sabe cuando recaer a los costados, especialmente el derecho, para combinar y a partir de ahí proyectarse por pasillo interior. No en vano, gracias a esa lectura de juego, es especialista en infiltrarse entre líneas, haciendo atraer jugadores, abrir espacios para sus compañeros, recibir al pie y combinar rápido por dentro. Entiende perfectamente cuando vaciar su principal zona de influencia para ofrecerse en otras.
Uno de los destellos que se le ven como extremo es a la hora de hablar de sus desmarques. Durante todo el partido está intentando desbordar entre los espacios tan claros para atacar que se dejan entre centrales y lateral-central. En más de una ocasión hemos visto uno contra uno contra varios porteros rivales.
Entrando más en detalles, tiene un excelso toque de balón, tanto en desplazamientos en largo como en corto. Es por ende que es el encargado de lanzar la mayoría de los balones parados desde el córner o desde distancias medianamente lejanas a la portería rival.
Por último pero no menos importante, hay que hablar de su técnica con el balón. Es muy propenso a orientarse a su mejor perfil en un/dos toques y a partir de ahí proyectarse en ataque. Al mismo tiempo, tiene una toma de decisiones bastante rápida y efectiva a la hora de hablar acciones ofensivas. No obstante, es de considerar su carácter aguerrido que demuestra en cada partido. No se deja temblar con veteranos de la Primera RFEF Footters.
Sin duda alguna son dos jugadores con un margen de crecimiento brutal. Aún así, hay que tener paciencia, tienen que seguir madurando su juego y cogiendo experiencia. No en vano, los primeros destellos vistos no hacen entrever que más pronto que tarde debutarán con el primer equipo.
Cuando juega uno, el otro también lo acompaña en el terreno de juego, recordando a figuras televisivas como son Zipi y Zape.