Merecida eliminación recordando los 210 minutos de eliminatoria. La exigencia puso a cada uno en el lugar que se merecía. Hay muchas maneras de leer el choque, pero se puede reducir a que el penalti errado sucede, cuando mejor estaba jugando el Sevilla, gracias a los cambios de sistemas y jugadores.
El Sevilla, en el planteamiento de partido, quiso adelantar líneas e intentar buscar al rival en ‘su’ campo. En-Nesyri en vez del ‘Papu’; Óliver en vez de Rakitic. Acuña y Aleix como sorpresas en los laterales. La presión nervionense era altísima, ¿el objetivo? Intentar que el Barça no gire el juego. Si lo giraba, aparecían problemas.Con el paso de los minutos se veía a un Barça cada vez más cómodo, conseguían ganar terreno con Pedri y Messi por dentro, quienes estaban siendo indetectables, haciendo al Sevilla ser muy vulnerables en transición defensiva. Ante la velocidad con balón de los azulgranas, el Sevilla no podía establecer sus dos líneas de cuatro, llegando siempre tarde a los duelos y persiguiendo sombras.
Koeman estaba volviéndose a imponer a Lopetegui. Triángulo de creación con Messi, Busquets y Pedri. Dembélé y De Jong por dentro; Alba y Dest dando amplitud por fuera.
La presión de Lopetegui no estaba funcionando. El 3 contra 2 en el centro del campo fue clave (De Jong-Pedri-Messi vs Jordan-Fernando). Mingueza, Piqué y Lénglet se emparejaban con los atacantes del Sevilla y les obligaban a recibir siempre de espaldas. La energía y la convicción hacían el resto. Mal primer tiempo de los hispalenses, que terminaron la primera mitad hundidos en su propio campo.
El cambio de pizarra de Lopetegui
En los últimos minutos ya de la primera parte, Lopetegui cambió el esquema (de 4-3-3 a 4-4-2), evitando así las acometidas rivales en transición, que desnudaban la seguridad defensiva del Sevilla. Con este nuevo sistema, el Barcelona dejó de correr y los rojiblancos empezaron a controlar algo más el ritmo del encuentro.
Rakitic ingresó por De Jong, posicionándose cerca de En-Nesyri. Navas y Rekik por Acuña y Vidal. El jugador croata entendió mejor lo que tenía que hacer, creció el Sevilla y con eso, también la figura de Jules Koundé
Más allá del penalti errado, que ha sido clave, ya que con el empate, las revoluciones habrían bajado aún más y la eliminatoria casi que se hubiera finiquitado. Ocampos, en su tiempo sobre el césped, demostró que su verticalidad es muy importante en este Sevilla. Sin el argentino, durante este último mes, los hispalenses han padecido falta de dinamismo.
¡El HÉROE sin CAPA de este @FCBarcelona_es!@mterstegen1 mantiene vivo a su equipo en esta semifinal parando un penalti ✋#LasCopasEnDAZN ? pic.twitter.com/dUG4ChBqdg
— DAZN España (@DAZN_ES) March 3, 2021
El gol en el descuento podía intuirse. La toma de decisiones en los dos últimos minutos había sido determinante. Cadena de errores que terminaba en el gol de Piqué. Diego Carlos y los días importantes… La baja altura sevillista y el ímpetu culé hicieron el resto. Con 10 jugadores, en la prórroga, la única opción que parecía posible era agarrarse a los penaltis.
La desconexión y falta de contundencia de Diego Carlos en el remate del 3º gol azulgrana, colocaron al Sevilla lejos de la eliminatoria. Con uno menos y a la desesperada, buscaron un milagro que nunca llegó.