Tenemos no solo mirar que mirar el resultado y los jugadores que salieron, también hay que observar el contexto y decir que esta temporada está siendo diferente en todo: lesiones musculares y óseas, COVID, jugadores con solo una semana de descanso entre temporada y temporada desde julio de 2019, selecciones (el Sevilla es el cuarto equipo español que más internacionales tiene), el debut de un portero nuevo, que no tuvo culpa de los goles…
La mayoría de ellos vienen sin parar, jugando cada partido con una exigencia física y mental descomunal. Y claro, luego miras el calendario y ves que cada tres días tienes partido y en el horizonte está la competición doméstica. Es una evidencia, si cada partido juegan los mismos, se lesionan y si ponemos a ‘los buenos’ ayer, también querremos que se desvivan 70 horas después ante el Madrid. Ese discurso es fantástico en la teoría pero imposible en la práctica.
Luego es evidente que no pueden ir todas las miradas de culpa dirigidas al técnico, él rota, pero tampoco es culpable de los cuatro goles. Hay que señalar también a determinados futbolistas que siempre salen en ‘la foto’, donde cada gol del contrincante aparece el mismo, Sergi Gómez. Que también hay futbolistas y no solo Rakitic, que demuestran graves problemas en salida de balón y transición defensiva. O aquellos como Franco Vázquez. que constatan que su despedida de la capital andaluza puede ser una cuestión a corto plazo.
Aprender de las vivencias
El preparador vasco inclinó su balanza a priorizar el encuentro del sábado al de ayer, en el cual ya estabas clasificado y donde solo te valía una victoria. La teoría del FIFA 21 está muy bien, y en el modo mánager se recuperan mucho antes, pero esto es la vida real y existen lesiones, fatiga muscular, malas rachas…
Aún así, con todos las cosas que no funcionan en el Sevilla, la goleada sufrida por los ingleses no puede molestar más que por ejemplo: la derrota frente al Athletic Club, donde en esa semana, con los titulares contra el Rennes, como es lógico estuvieron los titulares, y posteriormente se fue a San Mamés y se certificó un bajón físico que sufrieron los jugadores. Lopetegui, sencillamente, no quiere repetir esa situación. En conclusión, hizo lo que tenía que hacer: priorizar el importante frente al menos importante.