Más de 50 días después del malogrado encuentro de Liga ante la Real Sociedad, el Sevilla FC volvía a la competición doméstica tras el parón por el mundial con la vuelta de tan solo uno de los campeones argentinos, Marcos Acuña, que fue uno de los mejores sevillistas en el verde, y con una convocatoria plagada de canteranos y tan solo 13 futbolistas de la primera plantilla. En frente, un rival directo como el Celta de Vigo que se encuentra a las puertas de los puestos de descenso.
Al comienzo del encuentro el conjunto que dirige Jorge Sampaoli buscó el control del cuero y sin poder acercarse a la meta de Marche, con un Celta ordenado que frustró todos los intentos de fútbol combinativo, obligando a los sevillistas a buscar a través de balones largos a Rafa Mir y En Nesyri, que brillaron más por su trabajo defensivo que por el peligro que generaron.
Fue en el ecuador del primer tiempo cuando el cuadro vigués comenzó a acercarse con peligro a la portería de Bono. Primero a través de una falta lateral provocada por un José Ángel Carmona que se jugó la segunda amarilla (vio la primera a los seis minutos de juego) tras un benévolo perdón de un De Burgos Bengoetxea que tuvo motivos de sobra para dejar al Sevilla FC con diez. También Larsen, con un mano a mano ante Bono que se marchó por muy poco junto al palo derecho del meta marroquí avisó de que el gol celtiña estaba cerca de llegar.
Un desmarque fantástico de Gabri Veiga le permitió plantarse solo ante un Bono que, a pesar de que rozó el esférico, no pudo evitar que se marchara al fondo de la red de la portería. El gol llegó tras un auténtico asedio por parte del cuadro local que demostró un desorden defensivo preocupante y el nerviosismo de una zaga venida a menos por la presencia de los canteranos. Un gol difícil de explicar cuando el once lo conformaban cinco defensas y dos centrocampistas de los que ninguno fue capaz de parar al canterano celtiña.
Kike Salas y José Ángel Carmona sobre todo mostraron claros signos de un nerviosismo que les llevó a cometer errores que podrían haber provocado que el marcador al final del primer periodo fuera más abultado aún.
El descanso permitió al Sevilla FC rearmarse, calmar los ánimos y mostrar una imagen distinta en los primeros compases del segundo periodo, con una mayor intensidad que le permitió comenzar a inquietar a un Celta de Vigo que comenzó a verse asediado por el cuadro sevillista.
El ansiado gol sevillista llegó tras el saque rápido de un córner derivado de una excelente acción de Erik Lamela, que entró por En Nesyri tras el descanso, que se marchó al palo de la portería de Marche. Kike Salas remató ajustado al palo un balón que le puso Joan Jordán ante la mirada atónita de los futbolistas locales que no se esperaban el saue rápido de los sevillistas. Un gol que dio oxígeno a un equipo al que le sigue costando una vida generar peligro en el área rival.
Tras el gol, otras dos ocasiones claras pudieron permitir que el conjunto de Nervión se pusiera por delante en el marcador, una del campeón del mundo Marcos Acuña, con un disparo lejano prácticamente desde el banderín de córner que se marchó por poco por encima del larguero tras despejarlo Marche, y otra de Óliver Torres, que remató sa bocajarro un balón desde prácticamente la frontal del área chica que lo mandó al cielo de Vigo.
Con el paso de los minutos el equipo fue desinflándose y dando signos de quedarse sin ideas con un Celta que comenzaba a ver el empate como un resultado favorable dado el transcurso de la segunda mitad. Pero el juego se tornó tras la expulsión de un José Ángel Carmona que no tuvo más remedio que derribar a un rival tras un mal pase de Navas, mandándole al vestuario y dando alas a un Celta que apretó hasta que el colegiado pitó el final del encuentro.
Con este empate el Sevilla FC pone fin a un auténtico annus horribilis con la obligación de ganar, al menos, una decena de partidos para mantener la categoría, algo completamente impensable si nos retrotraemos al 1 de enero de este fatídico año 2022.
Ficha técnica
RC Celta de Vigo: Marche, Hugo (Kevin, 84′), Mingueza, Unai, Aidoo, Galán, Beltrán, Gabri (Óscar Rodríguez, 72′), Cervi (Carles Pérez, 64′), Aspas, Larsen (De la Torre, 64′).
Sevilla FC: Bono, Jesús Navas, José Ángel, Gudelj, Kike Salas, Acuña, Fernando, Jordán, Oliver Torres (Pedro Ortiz, 89′), Rafa Mir (Suso, 66′) y En-Nesyri (Lamela, 45′).
Árbitro: El colegiado vasco Ricardo De Burgos Bengoetxea amonestó a Carmona (6′ y 84′), Beltrán (14′), Jordán (29′), Hugo Mallo (78′) y Lamela (88′).
Goles: Gabri (1-0, 32′), Kike Salas (1-1, 54′).