Los aficionados del Sevilla están acostumbrados en este S. XXI a que la plantilla cambie 13 o 14 caras casi cada temporada. Pero la llegada de Julen Lopetegui, aparte de la estabilidad deportiva y económica (clasificación entre los cuatro primeros), también ‘cortó el grifo’ de hacer un equipo nuevo cada campaña. Desde 2019, por ejemplo, se ha conseguido retener a dos de sus tres mejores centrales que ha tenido en su historia y ofertas para desprenderse de ellos no les ha faltado:
Frenar a dos clubes Premier ya es harto complicado. Primeramente, frenar al Chelsea, que vendría a por Koundé prometiéndole un puesto como titular en lo que era en verano ese equipo, catalogado, seguramente, como el mejor del mundo. Y el Sevilla, por una u otra circunstancia, consigue frenar los deseos del central francés y lo retiene. Seguramente, porque la oferta no contentó, pero ya es un logro convencer al futbolista de que siga en la capital andaluza y de que no presione más de lo posible. Una postura que hace que la prensa elogie el saber estar de la entidad para no dejarse convencer si no ofertan lo que piden.


El segundo caso es Diego Carlos, esta vez en el mercado invernal, quien el Newcastle, que ya había fichado al lateral titular del campeón de LaLiga (Kieran Trippier, Atlético de Madrid), prometía ir a por uno de los mejores centrales desde que el brasileño está en España, desde 2019.
Pese a lo atractivo del sueldo que el Newcastle parecía haber ofertado al futbolista (medios de comunicación difundían hasta el triple de lo que actualmente cobra en el Sevilla) y que el proyecto deportivo del conjunto inglés promete ser atractivo a largo plazo, a corto-medio no (claro candidato a luchar por no descender a Championship). Pese a que el Sevilla nunca va a ofrecer ‘salarios Premier’, el conjunto andaluz volvió a mantenerse firme en su actitud de “no vendemos”.


Esta postura férrea del Sevilla habla de un paso adelante como club, y avisa a navegantes de que negociar con un jugador propiedad del club significa acercarse lo máximo posible a la cláusula del futbolista.
Idrissi (Cádiz), Óscar (Getafe) y Amadou (Metz) han servido para que el Sevilla se libere masa salarial y pueda ‘reforzar’ al equipo con dos ‘cracks’ como Tecatito y Martial, por lo que no hubiese tenido sentido ‘debilitar’ la defensa a estas altura de la competición domestica y de cara a la Europa League. Ha primado la ‘coherencia y el sentido común’ para esquivar los cantos de sirena e ir a por todas en lo que resta de temporada. Algunos ‘sabios del fútbol’ se apresuraban en poner un ”lazo a ambos y venderlos a los dos poderosos británicos, un hecho que habría dado al traste con las ilusiones del sevillismo.