El Sevilla FC ha perdido ante el Rayo Vallecano por demérito de Jorge Sampaoli. La injustificable planificación ha quedado en un segundo plano cuando el técnico argentino ha intentado solucionar el desastroso planteamiento con cuatro cambios que dejaron al equipo sin sostén en el centro del campo. La victoria ante el Copenhaguen quedó en un espejismo.
El Rayo Vallecano iba a dar guerra. Es un equipo de autor, de un Andoni Iraola que está llamado a ser uno de los grandes entrenadores españoles en los próximos años. El Sevilla, en la búsqueda continua y perpetua de encontrarse a sí mismo, volvió a reincidir en la mediocridad del falso nueve como principal propuesta arriba. Como ante el Mallorca o en el Bernabéu, volvió a no surtir efecto alguno. Además, el centro del campo con Rakitic y Joan Jordán -que están en proceso de crecimiento- te daba poca seguridad atrás aunque estaban conteniendo, más o menos, al Rayo. Camello tuvo una en los primeros compases del encuentro quedándose mano a mano con Dmitrovic tras una pérdida de balón en salida que pudo acabar en gol perfectamente.
A partir de la ocasión rayista, el Sevilla fue más a menos durante la primera mitad y durante todo el encuentro. Comenzó bien, con mucho dinamismo y jugando a alta velocidad, pero poco a poco se fue diluyendo del encuentro. La cantidad de ‘mediapuntitas’ sin desborde y sin gol se iba haciendo cada vez más evidente, con un Rayo Vallecano que, gracias a la acumulación y a la inoperancia sevillista, se iba desquitando de los posibles problemas que le podía plantear el cuadro de Sampaoli, que se marchó a vestuarios sin realizar ni un disparo a portería.
Con el planteamiento fallido de la primera mitad, Sampaoli acabó ‘matando’ al Sevilla tras el paso por el túnel de vestuarios. Sacó del campo a Januzaj, uno de los que intentaron algo en la primera parte, y a Rakitic, que aunque no estaba destacando en demasía si que estaba recuperando y corrigiendo posiciones en el centro del campo, para meter al Papu Gómez y a Rafa Mir. El ‘mediapuntismo’ crónico hispalense aparecía en mayor medida y se iba a deshacer hasta el segundo doble cambio, no sin antes desperdiciar una ocasión a portería vacía del delantero murciano.
La entrada de Suso y Acuña por Óliver Torres y Telles fue el fin del cuento. Sin nadie en el centro del campo, con un Rayo más cómodo en la segunda mitad por el error en los cambios, el equipo estaba totalmente roto y con un pase de área propia a tres cuartos del Sevilla se acabó el partido de los nervionenses. Álvaro García recibió prácticamente solo, se hizo el espacio entre Gudelj y Montiel y puso el único gol de la tarde en Nervión para rematar el bochorno de partido de los sevillistas.
A partir del 61′, con el gol del Rayo, el Sevilla se limitó a tirar de corazón y no de fútbol, que no tiene. Atacó una y mil veces, colgó doscientos centros y no disparó a portería. Con el mediapuntismo exacerbado que tiene la plantilla, la falta de jugadores que rompan al espacio y los ataques de Sampaoli en los últimos encuentros es imposible levantar la situación. El parón del Mundial es la única bala que le queda a Monchi, principal culpable del estropicio. A ver cómo soluciona esto.