Siempre están en todas las fotos cuando hay polémica. El Real Madrid y los árbitros. Los árbitros y el Real Madrid. El encuentro al Sevilla FC ni le iba ni le venía. Solo hacía ver el once que ponía en liza Mendilibar. De ahí a que se rían en tu cara y vengan a provocarte en tu casa hay un paso. Los nervionenses cayeron por 1-2 tras comenzar ganando gracias un gol de Rafa Mir. Rodrygo, por partida doble, y Soto Grado con un arbitraje infame, le dieron la vuelta al resultado. El objetivo era y sigue siendo el mismo: Budapest.
Cuesta creer que en un partido en el que pasa tan poco y en el que tienes realmente opciones de ganar porque gozas de las ocasiones más claras lo acabes perdiendo. Eso le pasó al Sevilla FC ante el Real Madrid en el Sánchez-Pizjuán. Rafa Mir, uno de los otros tantos suplentes que saltaron defendiendo la camiseta sevillista, abrió la lata en el minuto 2 tras un doble rebote en el área madridista. El murciano, de zurda, la puso en la mismísima escuadra izquierda de Courtois. Grata sorpresa para un Sevilla que no dejó de atacar durante los primeros diez minutos.
A partir ahí hubo un cambio de guion. Los de Mendilibar se echaron atrás, dejaron al Real Madrid ser protagonista y esperaban su oportunidad para salir a correr. Así te arriesgas a ocasiones como las de Rodrygo, tras un gran pase de Ceballos para Lucas Vázquez que el brasileño erró en boca de gol. A pesar de jugar con fuego al Sevilla le estaba viniendo bien, puesto que lograba crear peligro en las transiciones. Quién iba a decir esto hace meses, que la peligrosidad de los sevillistas iba a llegar en los contra-ataques. Lamela falló una clarísima haciendo lo más difícil (mandarla arriba) y el Real Madrid, tirando de calidad, iba a igualar el encuentro en una acción horrorosa de Bono. Colocó mal la barrera, intentó corregirla pero Soto Grado, en un arbitraje inexplicable, le metió prisa, dio un paso hacia su derecha antes del lanzamiento y Rodrygo la metió rasa por su palo. Horror.
Tras el paso por el túnel de vestuarios, el plan seguía siendo el mismo. El Sevilla esperaba y el Madrid proponía, con el colegiado permitiendo cosas inverosímiles como faltas clarísimas. El error del encuentro, motivo para que un entrenador se coja un rebote durante varios días, llegó en una falta sevillista que acabó en el segundo y definitivo gol de la tarde por parte de Rodrygo. Se inventó un gol de escándalo con varios recortes y un pase a la red.
La temperatura, que comenzó a subir, no estuvo en consonancia con el arbitraje de Soto Grado. Faltas clarísimas para los nervionenses no fueron señaladas y se empezó a caldear el ambiente en el Sánchez-Pizjuán. Acuña, pasado de vueltas, fue con la plancha a por Ceballos y vio la roja directa pese a que no lo tocó. Ahí saltó la chispa, donde Ceballos empezó a hacer el numerito que años antes hacía el que fue capitán del Real Madrid. Pataditas, provocaciones a la grada… Todo con el beneplácito del árbitro, como todo jugador que luce ese escudo en el pecho.
El Real Madrid obtiene lo que quería, que era casi asegurar su segunda posición, y el Sevilla lo mismo: no sufrir ningún tipo de lesión. Compitió pese a la presencia de suplentes y la del chaval Manu Bueno, del Sevilla Atlético, que hizo un partidazo. La afición nervionense le brindó el último adiós a los suyos antes de la gran e impensable noche. Los reyes de polémica, de anular rojas clarísimas en los despachos, volvieron a vencer.
FICHA TÉCNICA
Once del Sevilla FC: Bono; Montiel, Gudelj (81′, Badé), Rekik, Acuña; Manu Bueno, Rakitic (62′, Joan Jordán); Lamela (74′, Tecatito), Bryan Gil, (62′, Suso) Papu Gómez (74′, Óliver Torres); Rafa Mir.
Once del Real Madrid: Courtois; Lucas Vázquez (81′, Rudiger), Militao, Alaba, Mendy (66′, Álvaro Rodríguez); Tchouameni, Kroos, Modric; Valverde (54′, Camavinga), Ceballos y Rodrygo (81′, Nacho).
Goles: 1-0 (2′, Rafa Mir), 1-1 (29′, Rodrygo), 1-2 (69′, Rodrygo).
Arbitraje: César Soto Grado (Comité Riojano). Amonestó a Joan Jordán y Óliver Torres en el Sevilla. Expulsó a Acuña. En el Real Madrid amonestó a Ceballos, Tchouameni, Lucas Vázquez y Nacho.