De los creadores de “Jesús Navas tiene una oferta de un equipo de la Premier y se está preparando todo para que entrene en Sevilla y juegue los fines de semana en Inglaterra”, llega una nueva charlotada, con el único objetivo de ofender a los clubes modestos y así, seguir en el centro de todas las miradas, ya sea para bien o para mal.
Lamentablemente, desde la televisión pública, el análisis de uno de sus contertulios para explicar el colapso copero del Real Madrid, un año más, fue: “que tenga que ir a jugar con un balón… en un estadio… un desastre de organización”, decía entre otras barrabasadas, demostrando además su limitada capacidad de análisis de un partido.
Sin quitar méritos al Alcoyano. pic.twitter.com/oTY3iIHI1Y
— kantinu (@kantinu) January 20, 2021
Es un ejemplo más de lo ridículo que es el periodismo deportivo actual en grandes medios de comunicación. Mientras, periodistas con opinión racional, en la cola del paro o en ERTE, porque en el bar donde trabajan, llevan desde marzo con restricciones
Lo más impresentable de todo es que lo dice por segundo año consecutivo, ésto fue lo que dijo la temporada pasada, cuando las semifinales de Copa: Mirandés-Real Sociedad y Granada-Athletic Club:
Roberto Gómez, un impresentable al que pagamos todos
Respeto para los clubes humildes en la TV pública @rtve @teledeporte @EstadioTVE pic.twitter.com/dOVsuUk7YQ
— Los otros 17 (@Losotros18) February 6, 2020
Roberto Gómez, comprometido con la polémica
“El que quiere interesar a los demás tiene que provocarlos”, decía Salvador Dalí. Seguramente sea una de las razones de porqué sigue siendo relevante; él suelta sus bravuconadas y nosotros caemos en darle la importancia a alguien y algo que nunca se ha merecido.
Sin duda es uno de los mas grandes misterios radiofónicos y televisivos; sus opiniones causan vergüenza ajena al resto de tertulianos, y que cada vez que añade una joya más de mediocridad en forma de comentario, el rechazo es unánime.
Vive del cuento del Real Madrid. Como tantos. Cayó en gracia en su día y lo peor es que siguen riéndole sus faltas de respeto y sus chorradas. Más profesionales y menos forofos ridículos en la administración pública, por favor, que la pagamos todos.