Si el aficionado sevillista algo tiene claro con Julen Lopetegui es que, salvo una o dos posiciones, tiene un once bastante definido. Las dudas que se crearon a raíz de la marcha de Reguilón, se disiparon rápidamente con la llegada de Marcos Acuña, que con su lucha, consigue salir victorioso en muchos de sus duelos individuales.
El problema seguramente llegue desde el banquillo, cuando hay ciertos jugadores que no dan el nivel necesario. Uno de ellos, Karim Rekik, que fue alineado frente al Leganés, teórico cuarto central de la plantilla que, debido a la baja de Sergio Escudero, está ocupando el perfil izquierdo en los partidos teóricamente “fáciles”. La nula capacidad del jugador holandés para correr la banda perjudicaba a Idrissi, el cual estaba permanente solo contra dos defensas.


Sin oportunidades, aún teniendo condiciones
Al igual que en ciertas posiciones, el suplente de turno no cuenta con las condiciones necesarias, hay otros que ocupan permanentemente el banquillo y que, viendo lo que tiene el Sevilla, no sería mala opción ponerlos con mayor asiduidad:
Óscar Rodríguez, un jugador que se echó el Leganés a su espalda la pasada temporada y que potencia muchísimo cualquier jugada a balón parado de su equipo, es raro que el técnico vasco no le de más minutos.
Munir-El Haddadi: Su lesión frente al Madrid le bajaron de la titularidad. Lo habitual con él, ahora, es verlo titular en partidos de Copa, sin destacar demasiado, y entrar en los últimos minutos de partido de LaLiga. Lopetegui no lo quería, pero le convenció con sus extraordinarias actuaciones post-confinamiento. Un jugador muy aprovechable, que busca permanentemente el disparo.
Idrissi: Sus actuaciones en Copa demuestran que es uno de los jugadores que más lo intenta, o al menos, el que más cosas le salen. Partidos como frente al Atlético de Madrid, donde parece casi imposible ‘meter mano’ al rival, la única opción de romper el repligue defensivo, muchas veces es el regate y él es de los jugadores de la plantilla que desborde tiene.
Carlos Fernández: A pesar de demostrar con el Granada ser un jugador hábil para la definición, 13 goles la pasada temporada, además posee una habilidad especial para leer y entender el juego, sobre todo a la hora de moverse, encontrar espacios y asociarse con sus compañeros. Muy inteligente fuera del área. Incomprensible que Lopetegui, no le haya encontrado acomodo, ni apenas oportunidades.