El partido del Sevilla en términos generales fue muy correcto. Pese a su falta de brillantez en creación de juego y en el bagaje ofensivo, tan solo tiro a puerta 3 veces, el equipo se mantuvo como un bloque y no permitió al Valencia generar apenas nada en ataque a beneficio del empuje y la presión de su afición.
Ese bloque defensivo compacto, donde todos los jugadores han mejorado en cuanto a concentración y equilibrio se refiere, es la clave de ese Sevilla de Mendilibar que intenta compensar los problemas de cara a gol con el sacrificio de sus jugadores.
Aislamiento inteligente a Suso
Las opciones del Sevilla para la creación de juego pasaban por la figura de un Suso que partía como mediapunta. El gaditano, se infiltró constantemente entre líneas para ofrecer líneas de pase y rápidamente, verticalizar y activar a los jugadores de ataque, Bryan Gil, En-Nesyri y Ocampos.
No obstante, el Valencia, en ese sentido, supo anular al jugador sevillista situando sus jugadores muy cerca de él para que no recibiera cómodo en esas intermedias donde se mueve muy bien Suso. Estuvo encerrado completamente por los pivotes y los centrales se activaban rápidamente para saltarle a la presión e incomodarle o incluso anticiparse.
Badé, un líder en la retaguardia nervionense
Que el Sevilla ayer anulase por completo al Valencia y no le dejase apenas generar nada en ataque se debe en gran parte al nivel contante que está demostrando el central francés.
En la mayoría de decisiones defensivas, estuvo imperial. Salir de zona hacía los costados para achicar espacios cuando los laterales eran superados, entendimiento y buen hacer para los despejes en los constantes centros laterales.
Además de eso, midió muy bien los timming de anticipación cuando el Valencia conectaba con Edinson Cavani para que este no recibiera de espaldas o al menos incomodarle. En ese sentido, salía de zona de manera muy inteligente.
En definitiva, un partido que sigue reafirmando su gran nivel y que avala la importancia que ha adoptado estos últimos 3 meses.
Rendimiento continuo de Ocampos
Ya vimos un gran partido suyo ante el Manchester United y ayer ante el Valencia volvió a ser uno de los mejores del encuentro. Partiendo desde la derecha, a pierna natural y con un su perfil adecuado para regatear, parece que está rindiendo mejor que situado en la izquierda, a pierna cambiada.
Sobre todo porque entiende mejor los espacios que tienen que atacar y se siente más cómodo en ese sentido. Y ayer, volvió a generar peligro a través de esos espacios que se quedaban entre lateral-central.
No obstante, también participó activamente en el segundo gol del Sevilla tras activar la jugada combinando al espacio con su compatriota Gonzalo Montiel.
Un bloque, esa es la clave
Si es cierto que habrá jugadores que estén destacando por encima de otros y hayan adoptado muchos más galones pero lo que ha conseguido Mendilibar es canalizar a los jugadores para que el sacrificio en cada partido sea máximo. Y eso, más allá de la táctica y de su estilo de juego, está resultando primordial en un Sevilla que no está acostumbrado a jugar ahí abajo y ya está viendo la luz al final del tunel.
Con 35 puntos en la saca, el conjunto hispalense se distancia de unos puestos de descenso que están ya a 8 puntos. No obstante, no hay que confiarse porque esa corta, aunque ya más larga, diferencia de puntos, te hará vivir en el alambre hasta final de temporada. Aún así, este grupo comandado por Mendilibar, en sensaciones, da muestra que tendrá una permanencia tranquila.
