Koundé, Diego Carlos y Fernando han demostrado con creces ser un seguro de vida para el Sevilla FC. La tranquilidad y la superioridad que demuestran cada partido dominando todos los registros hacen mella en el buen rendimiento del equipo. Invictos en liga con solo dos goles concedidos habiendo jugado ante el FC Barcelona y la UD Levante, dos de los equipos que más jugadores acumulan en la zona ofensiva, refleja que la defensa es sobresaliente.
La brutal evolución de Koundé a partir del confinamiento ha hecho que se posicione, sin ninguna duda, entre los mejores defensas centrales del mundo. Es increíble la capacidad que tiene para adueñarse del juego aéreo, teniendo en cuenta que no es excesivamente alto (184cm). Además, fue el líder de una defensa que ganó la Europa League cuando su compañero de zaga no tuvo acciones acertadas. Es una pesadilla para los delanteros, consiguió anular al mejor jugador de Europa 2020, Robert Lewandowski, en una Supercopa de Europa donde no paró de seguirle en ningún momento y en ninguna zona del campo. También se le da muy bien sacar el balón jugado desde atrás, parece no tener ningún defecto. Está más que está destinado a ser la mayor venta en la historia del Sevilla FC.
Si Koundé es elegancia, Diego Carlos es potencia. El brasileño se ha adueñado de la defensa nervionense a base de músculo y rigor táctico. Chocar contra él es como chocar contra un muro. Aunque a veces cometa errores, es una pieza clave en el sistema de Lopetegui. Es imposible la evolución de Koundé si él no hubiera estado a su lado. Forman un tándem espectacular. El desplazamiento es uno de los aspectos claves Diego Carlos, tiene una capacidad innata para golpear a la espalda de la defensa para que lo aprovechen los atacantes. Tanto bloqueando tiros como despejando centros laterales, el central sevillista emerge como una figura importantísima. Ni qué decir tiene que, aparte de su gran labor en defensa, sabe lo que es marcar goles que saben a títulos.
Fernando es la mejor unión entre ataque y defensa que un club puede tener. Equilibrio y liberación para que los mediocentros creen juego. Tácticamente ejemplar y compromiso para que cualquier central salga de posición y este la ocupe, como se ha visto últimamente en los partidos ante el FC Barcelona y el FC Bayern. El hombre escoba, sabe dónde debe estar en cada momento, si tiene que hacer falta, si debe jugar en largo, si debe retrasar a los centrales… Con 33 años, después de incluso haber abandonado las grandes ligas para marchar a Turquía, se encuentra en uno de los mejores momentos de su carrera. Está adaptado al club y al sistema de Lopetegui a la perfección, y eso es una gran señal.
El tridente defensivo del Sevilla es como una relación amorosa en la que todas las partes lo dejan todo y se compenetran a la perfección. A ninguno le importa ocupar el sitio del otro, cometer una falta por un error de otro o hacer un sobre esfuerzo por otro. Mientras esta unión perdure, la afición sevillista puede sonreír, ya que no tiene nada que envidiarle a ninguna zaga. En definitiva, Koundé, Diego Carlos y Fernando son un ejemplo de solidez y no es ninguna barbaridad afirmar que es una de las mejores del panorama mundial.