“Si lo que quieres es vivir 100 años, no vivas como vivo yo”. O eso dice mi amigo (no personal) Joaquín Sabina en uno de sus éxitos más sonados y que, a modo de tributo, titula mi estreno en la sección de opinión de nuestra humilde web.
Te estarás preguntando qué tiene que ver este espectacular tema de mi cantautor favorito con nuestro Sevilla FC. A ver si os pensabais que iba a hablar de Wrestling o yo qué sé. Tengo que darte la razón en que un pensamiento mucho más razonable que el de mis múltiples delirios nocturnos han desembocado en este artículo. Es complicado que un chaval como yo, que solo ha vivido éxitos en esto del fútbol, pueda transmitir un mensaje con el que identificarse en esta situación, pero déjame intentarlo.
El equipo está en una preocupante deriva en la que, seguramente, el menos centrado sea el responsable de pilotar el barco, que parece, y solo parece, estar más preocupado por ver que concepto metafutbolístico explica en rueda de prensa que en armar un equipo ordenado y que saque 42 puntos a final de año para, de una vez por todas, pasar página de este infausto ciclo. Y sí, por si ibas a atacarme ferozmente por no señalar a también a nuestro amado (antes) y difamado (ahora) director deportivo, la plantilla conformada en agosto es una piedra que hay que superar para alcanzar la meta soñada en mayo.
Por si fuera poco, fuera del campo acontece nuestro particular ‘Juego de Tronos’ sevillista. Me sorprende a mí mismo lo acertada que puede llegar a ser la metáfora. El eterno pulso entre familias por el dominio de un frágil imperio cual castillo de naipes, mientras que, el triste populacho, no tiene qué echarse a la boca más allá de un rato de buen rollo en el descanso gracias a la ‘X CAM’ que le parezca oportuna a nuestro speaker.
Nuestro también amado (antes) y difamado (ahora) Joan Jordán, que para mí personifica toda esta situación a la perfección, seguro que no haría caso a mi camarada primeramente mencionado: Joaquín Sabina. Una buena dosis de pastillas para no soñar y a cerrar este oscuro capítulo, aunque sea de rebote. Gomina para no despeinarse, nada de humos extraños de los clubs, y colgarle el teléfono a esa tentación que vuelve a llamar por teléfono.
¿Alguien sabe dónde las venden? Es para un amigo.