Tendremos cambios en la norma de los penaltis y fueras de juego para la temporada 22/23. La IFAB (International Football Association Board) ha aprobado una serie de cambios en dichas reglas que han sido explicadas en la mañana de este martes 9 de agosto en la sala de prensa de la RFEF por Medina Cantalejo, presidente del CTA, Clos Gómez y Undiano Mallenco, director del Proyecto VAR y miembro de la Comisión Técnica del CTA, respectivamente.
Fueras de juego: control del tiempo y el espacio
Uno de los casos que más ha generado dudas en los últimos tiempos es el de la intervención de un defensor por posterior aparición de un adversario en situación de fuera de juego. Para este tipo de escenarios, la IFAB, en su nueva interpretación, habla de control del tiempo y espacio. En los casos en los que el defensor haga uso de la voluntariedad, tiene el tiempo y el espacio para no ser forzado y yerra en la acción técnica, el jugador contrario estará habilitado. No habrá fuera de juego en esta situación.
Por el contrario, si el defensor se encuentra en una situación inesperada (rebote, desvío o salvada de un defensor), su gesto proviene de una reacción instintiva al intentar jugar el esférico y no tiene el tiempo y el espacio necesarios, el jugador contrario estará inhabilitado. Se señalará fuera de juego en el caso en el que el atacante intervenga.
Los penaltis: intensidad=interpretación
Los penaltis por contacto entre jugadores seguirán siendo bajo la interpretación del colegiado de campo o, en su defecto, por el árbitro de VAR. La norma habla de “se ha insistido a los árbitros en no sancionar pequeños contactos, cargas leves ni incidentes similares, sino que la sanción de un penalti debe corresponder a una acción clara y significativa de infracción por parte del defensor, con una correlación entre la causa y el efecto, y con la suficiente intensidad que justifique la sanción. Asimismo, el VAR debe recomendar la revisión en aquel caso que, aún habiendo contacto, este no sea claramente suficiente como para ser considera infracción”.
Esto nos lleva, de nuevo, a un peso considerable de los colegiados a la hora de tomar la decisión de pitar o no penalti en función de su interpretación a esa acción. El colegiado podría identificar una intensidad distinta en según qué situaciones y en función a su posición dentro del rectángulo de juego, aunque estará ayudado por la sala VAR en el caso de que aprecien que el árbitro principal del encuentro no tiene toda la información del suceso.