Pese a imponer un planteamiento completamente diferente hasta el momento, el Sevilla poco supo hacer para tener el viento a su favor. Múltiples cambios, como la entrada en el terreno de Erik Lamela o Bryan Gil, apenas consiguieron contrarrestar el ataque del local: «Veíamos que al tener a un centro delantero de área como En-Nesyri estando tan lejos del área, había un plan alternativo como poner dos puntas que pudieran estirar al Barcelona. Nunca tuvimos el control del balón y tampoco generamos mucho daño. Los cambios no generaron ninguna modificación estructural».
Las posibles alarmas tras la salida de Acuña
«No vi a Acuña. Parece tener un problema en el abductor; es lo que venía arrastrando».
Objetivos y expectativas del encuentro
«Nosotros vinimos a disputar la posibilidad de tener más tiempo el balón pero, con la precisión y la calidad que tiene este equipo, en algún momento te va a dañar. No creo que sin tener el balón se pueda soportar el control del rival tanto tiempo. Creo que nos faltó jugar; al no hacerlo, el rival se sintió cómodo».
«Intentamos incomodarlos en el segundo tiempo con dos jugadores más verticales y veloces. Sabíamos que esto iba a acontecer. De cualquier forma no pudimos contrarrestar lo que estaba pasando».
El misterioso recado a Jordán y la desorientación de la plantilla
«Después del primer gol, creo que el equipo sintió desorientación y empezó a readaptarse. Estar en desventaja te genera un poco de desorden, y eso es lo que el rival siempre aprovecha».
Borrón y cuenta nueva
«Tenemos que pasar página urgentemente. A nadie le gusta perder, pero hay que pensar en recuperarse y en jugar un partido totalmente diferente el sábado».