El verano avanza y Lopetegui necesita refuerzos. El fin de semana en Inglaterra ha dejado sensaciones contrariadas en un Sevilla FC que, a día de hoy, es de los que menos ilusión transmite en los últimos años. El cómo se produjo la derrota en el Emirates ha reabierto heridas que parecían cicatrizadas y el encuentro en Leicester, lejos de sanarlas, incluso las ha infectado. Lopetegui pide refuerzos y los necesita.
El éxito de los nervionenses hace tres temporadas, cuando el técnico vasco llegó a Nervión, pasó por hacer una revolución de una plantilla devaluada, con fichas inasumibles para las arcas del club y con la presencia de futbolistas que no casaban con la filosofía del nuevo técnico. Se fue a por Diego Carlos, un fichaje que no causó gran revuelto, a por Koundé, Jordán, Fernando, Ocampos… Todos futbolistas de un perfil bajo que tan buen resultado le dan a Monchi a la hora de sacar réditos a medio-largo plazo y que iban de la mano del juego que iba a proponer el Sevilla en los años venideros. La presión tras pérdida, la acumulación de hombres en zonas de remate, la fortaleza defensiva y la potenciación de sus mejores futbolistas lograron una cuarta plaza, una Europa League y volvieron a poner al club dentro de la escena europea tras años de inestabilidad y bandazos.
Con la cuarta temporada aún por arrancar las sensaciones no son las idílicas. Los proyectos a largo plazo necesitan matices y cambios. Lopetegui es consciente de esto y apretó en sus declaraciones tras el encuentro ante el Leicester para que lleguen caras nuevas. Las conversaciones que tuvo con Monchi para seguir una temporada más irían, seguro, en esa dirección. Es muy difícil sorprender a tus rivales si durante las tres temporadas anteriores has jugado a lo mismo con la salvedad de la segunda vuelta de la campaña pasada. No se puede estirar más el chicle de una plantilla con unas deficiencias físicas importantes, que no encuentra otras vías de acción que no sean a través de una posesión insulsa y que requiere del compromiso de todos los futbolistas para que funcione. Es obligación del entrenador adaptarse a sus recursos pero ‘no se le pueden pedir peras al olmo’.
La plantilla, según Monchi antes de afrontar estos dos últimos amistosos, necesitaba un central para sustituir la marcha de Koundé y un lateral zurdo. Esa era la idea porque ni la economía lo permite ni la cantidad de fichas que hay deja espacio a nuevas incorporaciones. Jugadores de segundo escalón deportivo en el primero en el plano económico, fichajes que resultaron ser un fracaso que no encuentran equipo y otros que parece que su tiempo en Sevilla ha caducado. Con todo eso tiene que convivir la dirección deportiva y Lopetegui, que tendrá que ingeniárselas si de verdad no ha cambiado la percepción de las altas esferas. Todo pinta gris, como Londres.