La visita del Sevilla FC al Real Valladolid (domingo 14 de mayo, 18:30h) no será la principal preocupación para los de José Luis Mendilibar. Tras el 1-1 ante la Juventus en la ida de semifinales de la Europa League, además de las bajas acumuladas de los sevillistas, es harto complicado mantener la cabeza fría para afrontar el encuentro liguero. El técnico sevillista ya dejó caer, como es lógico, que habrá rotaciones obligadas en Pucela, pero tanto el encuentro del jueves como el que afrontaran los nevionenses en liga tienen un denominador común: Europa.
Una temporada trágica puede acabar convirtiéndose en una campaña exitosa. Así es el fútbol, ni más ni menos, cuando se toman las decisiones acertadas. Para acertar hay que equivocarse, pero no de la manera en la que desde el Sevilla lo han hecho. Sea como fuere, con disputas internas de por medio y con decisiones ilógicas, los sevillistas se han ganado ilusionarse como nunca con su equipo. Ahora el equipo transmite la misma intensidad con la que los aficionados viven los partidos desde la grada y existe esa conexión que tan importante como necesaria es, independientemente de los resultados.
El denominador común es Europa. Tanto por la vía liguera como por la vía de la Europa League, el Sevilla puede conseguir lo impensable hace meses. Todo acaba mejor, evidentemente, levantando un título a final de temporada, pero para eso aún, como mínimo, le quedan dos partidos. La cuestión es que lo sucedido en Turín le da esperanzas a los de Mendilibar, que está teniendo unos meses de ensueño en Nervión.
Para el encuentro ante los pucelanos, el técnico de Zaldívar deberá hacer rotaciones. Ocampos tuvo que retirarse por resentirse de una lesión muscular ante la Juve, Suso sigue recuperándose de su lesión, a En Nesyri se le vio tocado… Muchas complicaciones para afrontar dos competiciones y, viendo en la situación en la que se encuentra, deberá apostarlo toda a lo que suceda el jueves en el Sánchez-Pizjuán. La cuestión es si con la ‘unidad B’ le dará para vencer al Valladolid y mantenerse en la línea de salida en las dos competiciones.