A pocos partidos del cierre de la temporada, el mal sabor de boca sigue presente en Nervión. Una mezcla de apatía y desilusión. Eso sí, después de sobreponerse a muchas circunstancias —algunas inevitables pero otras muchas evitables— un posible subcampeonato asoma como última aspiración.
El efecto local
No se entendería el mal momento que vive el Sevilla FC sin la situación actual que vive el mejor Real Betis de la historia. Es una realidad que condiciona inevitablemente y que marca las sensaciones a la hora de valorar. ¿Quizás cambiaría la percepción del cuarto puesto si los verdiblancos no hubieran ganado la Copa del Rey? Quién sabe. Aunque las comparaciones son odiosas, es evidente que en esta forma de interpretar el fútbol nunca dejará de afectar lo que pase en la otra acera.
El Cádiz, jugándose la vida
Los amarillos llegan a Sevilla con urgencias bien diferentes. Metidos de lleno en la pelea por no bajar a la categoría de plata, una derrota los dejaría a merced de lo que hagan Granada CF y RCD Mallorca, pudiendo caer esta misma jornada a los puestos de descenso. Este riesgo hace que el encuentro en Nervión cobre más importancia si cabe para los de Sergio González. Los cadistas no podrán contar con uno de sus mejores futbolistas, el centrocampista Rubén Alcaraz, que será baja por molestias musculares. Enfrente, se encontrarán a un Sevilla FC con la oportunidad de romper la desidia para demostrar altura de miras.
Incertidumbres
Con el fin de temporada a la vuelta de la esquina, se acerca el momento de comenzar a preparar el siguiente proyecto. Un proyecto del que no se sabe a ciencia cierta ni quién se sentará en el banquillo. Con dos años más de contrato, Julen Lopetegui se encuentra entre la espada y la pared. Ratificado constantemente por el club y con una gran parte de la afición en contra, no son pocos los que apostarían por un cambio de ciclo. ¿Serán los últimos partidos del técnico vasco en Sevilla?