En un mercado tan complicado como el invernal, Monchi logró encontrar dos futbolistas que están siendo capitales en estos momentos para Julen Lopetegui hace casi un año: Youssef En Nesyri y Suso. Al de San Fernando, a los pocos meses, se le acusó de que había gastado demasiado dinero (unos 40 millones) en dos futbolistas que, hasta el momento, habían demostrado poco en Nervión. Hoy las cosas se ven de otra manera.
La juventud y el potencial del ariete marroquí, además de la situación del Leganés, fueron los detalles por los que el Sevilla desembolsó, nada más y nada menos, 20 millones de euros. Un delantero móvil con un físico privilegiado que, sin embargo, no había conseguido cifras que pudieran hacer valer esa cantidad que habían pagado por él. En un equipo muy distinto al madrileño o al Málaga, En Nesyri tenía que aclimatarse a un entorno tan exigente como el del Sevilla FC y poco a poco lo ha ido consiguiendo hasta el punto de que marcha como pichichi del equipo con 8 goles entre todas las competiciones.
El caso de Suso es todavía más llamativo. Ante el problema del Sevilla en los extremos y con la situación del gaditano perfecta para salir de Milán, Monchi encontró la oportunidad perfecta para hacerse con un futbolista al que llevaba años siguiendo y que se había puesto a tiro. Con un rendimiento bastante pobre al comienzo, Suso ha ido ganando peso en el equipo hasta el punto de que tras la marcha de Banega es la referencia ofensiva de este Sevilla de Lopetegui, que está sabiendo sacarle todo el jugo a uno de sus pupilos en la Selección Española. Suso encara, recorta, dispara, controla los tiempos y está sabiendo echarse a la espalda la responsabilidad de ser el director de orquesta de los nervionenses.
Ambos futbolistas están dejando atrás las dudas en cuanto a sus fichajes y están siendo los decisivos en un ataque que necesita la mejor versión de todos los futbolistas ofensivos ante los problemas de gol del cuadro nervionense.