Yassine Bono es el hombre. El portero del Sevilla FC anotó en el 93′ un gol importantísimo al igual que surrealista para salvar un punto ante el Valladolid.
El Sevilla ha perpetrado en este sábado noche uno de los peores partidos de la temporada. Con rotaciones inexplicables en el once como la titularidad de Rekik estando Escudero en el banquillo o la del Papu Gómez tirado hacia la izquierda en lugar de Munir, el once que había preparado Lopetegui daba la impresión de que no iba a salir muy bien.
No arrancaron del todo mal los sevillistas pese a las dudas en cuanto a su once. Durante los primeros 10-15 minutos de partido hubo varios acercamientos con peligro por parte de los hispalenses y la cosa no pintaba mal. En Nesyri tuvo una clarísima tras un disparo del Papu que no logró atrapar Roberto y había esperanzas en que iba a ser un partido plácido. Ese positivismo duró hasta que el Valladolid empezó a apretar.
Sergio González hizo gala de su buena fama como entrenador de LaLiga cuando decidió adelantar la línea de presión, haciéndole sufrir en exceso a un Sevilla incomprensiblemente fallón por la presión del Valladolid. Jordán hizo una primera mitad espantosa, Rekik dejó muchos espacios a la espalda haciendo a Diego Carlos abandonar su zona y Gudelj ocupar ese espacio del brasileño… Todo se puso muy cuesta arriba a medida que iba avanzando la primera mitad.
Óscar Plano en carriles interiores y Janko por el carril diestro estaban desangrando a un Sevilla espeso en el aspecto mental y físico. Siendo imposible superar la presión blanquivioleta, pasó los últimos minutos de la primera mitad encerrado atrás y ahí llegó el penalti tonto de la noche. Diego Carlos y Weissman chocan cabeza con cabeza y Rekik, con la rodilla, desequilibra aún más al israelí, señalando Estrada Fernández, a instancias del VAR, la pena máxima que transformaría Orellana en el 44′ y que sería el único tanto en subir al marcador hasta el último minuto de encuentro.
La segunda mitad, pese a que el contexto del encuentro le favorecía, fue otra calamidad del Sevilla FC. Lopetegui metió a todos los hombres de ataque posibles pero los nervionenses no podían estar más espesos. A base de centros y más centros donde De Jong envío una pelota al palo estando a medio metro de la portería, el Papu Gómez -será el más criticado- parecía entender lo que demanda el partido, que era buscar los espacios entre central y lateral para intentar romper el muro pucelano delante de la portería de Roberto, que no tuvo excesivo trabajo ante el poco peligro de las llegadas sevillistas.
Con todos los cambios ya hechos y con los futbolista de mejor trato de balón en el campo, el encuentro parecía evocado a la derrota del Sevilla ante el Valladolid. Era merecido, pero a veces el fútbol tiene estas cosas. Que se lo digan a los de Lopetegui cuando en el encuentro de vuelta de semis de Copa ante el Barça se autodestruyó a sí mismo. En el último minuto de encuentro y con un balón suelto en el área que ningún futbolista del Valladolid fue capaz de mandar fuera de allí, En Nesyri metió la pierna para asistir a su portero y compatriota Bono, en el área chica, para fusilar la meta del José Zorrilla y marcarse el gol épico de la jornada europea.
Las cosas del fútbol, o las cosas más bien del Sevilla. En un partido totalmente gris de los de Lopetegui, el portero es el que le da un punto ante el Valladolid. A Bono no le quedan más cosas por hacer para ser recordado en los anales de la historia de la entidad. Normal que sea tan odiado este equipo.
FICHA TÉCNICA
Once del Real Valladolid: Jiménez, Olaza, El Yamiq, Fernández, Janko, Orellana(Kodro 82′), Alcaraz (Michel 75′), R. Mesa (Fede 75′), O. Plano (Bruno 82′), Guardiola y Weissman (Kike 82′).
Once del Sevilla FC: Bono, Rekik (De Jong 67′), Diego Carlos, Koundé. Navas (Acuña 45′), O. Torres (Ocampos 45′), Gudelj (Rakitic 67′), Jordán (Óscar 78′), Suso, En-Nesyri y Papu.
Goles: 1-0 (44′, Orellana); 1-1 (90+3′, Bono).
Arbitraje: Estrada Fernández (Comité Catalán). Amonestó a Roque Mesa, Orellana y Olaza. La vieron en el Sevilla Bono y Lopetegui.