Tras la buenas sensaciones generadas ante el Borussia Dortmund, el Sevilla FC de Jorge Sampaoli visita Mallorca con el reto de mantener la progresión en el tiempo. Algo fácil de decir, pero difícil de ejecutar.
Lo más complicado de una revolución futbolística es hacerla regular con el paso de los días. Si no, como el propio Jorge Sampaoli asumía en rueda de prensa, no se estará tan lejos de volver atrás y empezar de cero otra vez. La claridad del argentino en sus declaraciones es algo contrasta brutalmente con el invariable y hermético estilo utilizado por Julen Lopetegui.
No será fácil el reto para los rojiblancos, que tendrán que visitar a un equipo que ya se lo puso muy difícil a Real Madrid y FC Barcelona. Su técnico, Javier Aguirre, mostraba su sorpresa ante la situación clasificatoria del Sevilla FC: “No hay relación entre los jugadores que tienen y los puntos que llevan en LaLiga”.
Los bermellones cuentan con la importante baja de Muriqi. El delantero, desde su llegada a Mallorca, se ha convertido en todo un referente para el juego del equipo dada su gran habilidad para ganar balones y no perder duelos individuales. Está por ver si el técnico mejicano mantiene la estructura en torno a un nueve puro o, por el contrario, busca otras alternativas.
Jorge Sampaoli cuenta con toda la plantilla disponible para el encuentro, a excepción de la baja de Fernando Reges. El brasileño, eso sí, se reincorporará al grupo en el entrenamiento matinal de este domingo. El duelo en Alemania dejó entrever las señas de identidad del técnico argentino a la hora de estructurar el plantel, por lo que no es de extrañar que muchos nombres repitan en el once.
El gran señalado con la llegada del de Casilda es Rafa Mir. El ex del Huesca no ha contado con ningún minuto y se ha convertido en un fijo en el banquillo. El entrenador asumía en rueda de prensa la dificultad que tiene el equipo con la posición del nueve y jugadores que, más allá de no hacer gol, viven desconectados del juego colectivo.
El Sevilla FC, después de mucho tiempo, vuelve a generar una identidad propia. Un sello con el que, según su propio técnico, se busca que “todo el mundo que vaya al estadio sepa qué va a ver”. Lo más complicado ahora es mantener esa identidad en el tiempo, reto para el que cada partido tiene un valor incalculable que transciende los tres puntos.