Lopetegui ni ningún sevillista se cree que el Sevilla FC haya ganado en San Mamés. Los nervionenses, tras una primera parte indescriptible, sacan los tres puntos de un feudo en el que han conseguido seis puntos de los últimos veintisiete disputados. Delaney, cuando el resto de sus compañeros pedían clemencia, anotó un auténtico golazo que acabaría arrebatando los tres puntos a los de Marcelino.
Duelo de tocados en San Mamés. El Athletic, con una falta de pólvora brutal, y el Sevilla, con una larga lista de lesionados importantes, se medían las caras en uno de los grandes duelos de esta jornada 17. Con un once sin extremos puros quería asaltar Lopetegui ‘La Catedral’, pero iba a tener que ser espoleado por todas las cofradías de la capital de Andalucía.
Antes del aluvión de los vascos, lo cierto es que Delaney tuvo en su testa la primera y penúltima oportunidad de los nervionenses de ver portería. El danés, a centro de Koundé, remató totalmente solo dentro del área y se marchó por muy poco. A partir de ahí íbamos a ver un auténtico sainete de los de Lopetegui, sumidos en una crisis de identidad espectacular y que tuvo que resolver Lopetegui tras el paso por los vestuarios.
Lo errores salida de balón y los despistes de Koundé se sucedían. Iñaki Williams iba a replicar a Delaney un minutos después tras un error del francés y la iba a tirar fuera. Fue el comienzo del asedio bilbaíno, que la siguiente gran ocasión que iba a tener la iba a estrellar al palo Dani García desde la frontal mientras el Sevilla intentaba despertar de su letargo. Cuando tienes el condicionante de las lesiones para plantear un partido, tienes que buscar potenciar tus virtudes de la forma más sencilla posible. Los nervionenses jamás lo hicieron.
En una pausa del baile de Nico Williams a Augustinsson, el Papu Gómez logró encontrar un resquicio para poner un centro raso que salió repelido y Delaney en el 38‘, desde la frontal, la puso en la mismísima escuadra. Una auténtica locura para el sevillismo, que se frotaba los ojos con lo que estaba viendo por la televisión.
La recta final no iba a ser tranquila, precisamente. Muniain falló una clarísima a pase de Iñaki y Unai Vencedor la mandó al palo en el añadido para más lamento del respetable. La situación era insostenible para el Sevilla.
Tras el paso por vestuarios, además de tener alguna clarísima, no vimos a ese Athletic tan insistente, agresivo y que maniató a los nervionenses. Lopetegui ajustó piezas, corrigió la salida de balón buscando más el desplazamiento en largo y el desahogo fue tal que esa sensación de vivir en el alambre durante la primera mitad se esfumó.
Bono, Delaney y el Consejo de Cofradías del Sevilla le dieron la victoria a un equipo que lo necesitaba más que nunca. Cuando vienes de lo que vienes, con todos los hándicaps a los que te enfrentas, y ganas de esta manera… Eso no está pagado. Vivimos para sufrir, y este Sevilla sufre como el que más.
FICHA TÉCNICA