Parece que ―cada vez que sale de su estadio― el Sevilla FC se ha acomodado en el malestar. Una espiral de malas sensaciones que de tanto repetirse ya se han normalizado. Y, aparentemente, tampoco se hace mucho por cambiarlas. Una dinámica necesaria de cortar.
Iraola y la reinvención rayista
El sello de Andoni Iraola ha convertido a los de Vallecas en uno de los mejores locales de Europa. Y, hasta hace no mucho, en uno de los principales candidatos a estar arriba en LaLiga. Ahora, las tornas han cambiado y es un conjunto necesitado el que recibe a los de Julen Lopetegui. Ni más ni menos que seis encuentros consecutivos siendo saldados con una derrota. Un Rayo Vallecano que, además, cuenta con el aliciente de no haber ganado ninguno de sus últimos nueve encuentros contra los rojiblancos. Motivos más que suficientes para crear un ambiente de final en uno de sus momentos más decisivos de la temporada.
Un estilo cuestionado
No hay partido fuera de casa en el que no se cuestione la figura de Julen Lopetegui. Ahora lo transcendental pasa a ser mantener la cuarta plaza, después de haber tenido a tiro de piedra un liderato más utópico que realista. Son los daños colaterales tras casi tres meses de sequía en los duelos ligueros como visitante. Después de trasladar una sensación generalizada de no ir a buscar la victoria frente a equipos de menor entidad futbolística, son muchos los que debaten si verdaderamente se están exprimiendo los mimbres. Una oportunidad de oro para romper la dinámica y mostrar esa cara que solo aparece de vez en cuando.