En un tiempo en el que estamos condenados a opiniones de personas que lo único que han dirigido es un equipo de trabajo en la Universidad, un equipo de fútbol del barrio, o simplemente han cogido una videoconsola para darle rienda suelta a su idea de fútbol, sorprende ver y leer algunos comentarios vertidos sobre Julen Lopetegui. El vasco, curiosamente, no es de los que se amilane en situaciones como estas. Sólo hay que recordar el partido de septiembre del año pasado frente al Eibar, y cómo un 0-2 pasó a 3-2 al finalizar los noventa minutos. No tuvo escudo para parar todos los ataques vertidos contra él. Al finalizar la temporada se tocó plata, además de superar el récord de partidos sin perder. Nada, algo que todos los clubes consiguen a diario.
El problema ahora es de orgullo. Hemos pasado en una semana de querer ser primeros de grupo, peleándole de tú a tú al Chelsea, y posteriormente ganarle “sí o sí” a un Madrid que, aunque esté en horas bajas, multiplica por muchos número el presupuesto y plantilla. Y ojo, no estoy diciendo que debamos ser unos conformistas y no se le exija al club dar el 110% todos los partidos. También hay que tener cabeza. Ahí entra el gestor de equipos, a.k.a Julen Lopetegui. En una temporada atípica, en la que los jugadores en pleno mes de noviembre tienen una carga que no es normal, el de Asteasu ha dado un paso al frente ante las bajas que tiene el equipo y ha rotado sabiendo las prioridades del club.
Cuando en una empresa hay unos recursos limitados y unos trabajos que hacer, se prioriza. Y eso es lo que ha hecho Lopetegui. Gestionar recursos a través de la gestión de equipo, o sub-equipos. ¿Era más importante el Chelsea o el Madrid? Nos jugábamos ser primeros de grupo, y lo que eso conlleva. Yo sólo les invito a recordar la historia reciente del Sevilla de la Champions y sus cruces de octavos.
Lo importante es dar descanso a los que llevan una carga importante de minutos, y que este verano han descansado dos semanas, o una (Jesús Navas); dar minutos a los menos habituales, para que no rompan con la dinámica de grupo, y sobre todo priorizar.
Con esto, ¿podemos criticar a un gestor de equipos? Claro que se puede. Pero tú, que rápido vas a contestar a un tuit o poner lo primero que se te pase por la cabeza cuando ves el resultado de un partido, piensa. ¿Es problema del entrenador? La plantilla es la que es. Se tendrán deficiencias en el lateral derecho, y poca pegada arriba, pero muy pocos cambios hay del plantel de la Europa League de agosto.
Cuando pensemos en el trabajo de Lopetegui, recordad un poco de la historia reciente del Sevilla. La plantilla que tuvimos de mister a Sampaoli, Berizzo o Pablo Machín, y lo que se logró. Lo que está viviendo el sevillismo en estos dos primeros meses y medios de competición (queda un mundo para terminar el año) es algo que cualquiera con dos dedos de frente sabe que pasaría. No somos el Atlético de Madrid. Pero escuece verlo ahí arriba sabiendo la Liga que Barcelona y Madrid están realizando. Pero las apatías y malos rollos de otros clubes no nos importan.
Para ponerle un cartel a Lopetegui, deberíamos esperar, al menos, a una crisis de resultados real. Quedan meses muy bonitos por delante en los que todo puede pasar. A llevar al gestor de equipos a la cumbre, y decir “qué bien lo hizo en noviembre cuando no nos jugábamos nada en la Champions” o darle la razón a los que quieren jugar al Fifa todos los partidos que juega nuestro Sevilla FC.