El Celta de Vigo es uno de esos equipos históricos del fútbol español que en las últimas temporadas no ha tenido el rendimiento esperado. Desde la salida de Eduardo Berizzo y tras pasar por varios entrenadores, el club parecía irse a la deriva hasta la llegada del ‘Chacho’ Coudet, que se encontraba en Brasil tras entrenar en Argentina perfeccionando una propuesta de fútbol que, a día de hoy, es una de las esperanzas más potables del cambio de rumbo que necesita el fútbol español con su ‘chachoneta’.
Llegó con dudas, como es normal. El Celta venía de dos temporadas horribles en cuanto a juego y sensaciones. Salvándose por cuatro puntos en el 18/19 y tan sólo por una unidad en la 19/20, era extraño contar con un técnico sin experiencia europea y que solo había dirigido en Sudamérica. La dirección deportiva de Felipe Miñambres necesitaba de una figura que volviera a ilusionar a la ciudad de Vigo y, sobre todo, explotar el potencial de una plantilla repleta de calidad a la que le faltaban dos puntos de competitividad.
“El mensaje es claro: hay que jugar bien al fútbol. Y para jugar bien al fútbol, hay que tener huevos. Pero huevos no es tirarse a los pies ni pegar patadas sino que es jugar bien a la pelota. Es tener huevos para pedirla. Para jugar. Para asociarse. Para hacer lo que sabemos hacer”.
Si analizamos la plantilla del Celta de Vigo está repleta de talento. Brais Méndez, Denis Suárez, Iago Aspas… Son futbolistas con una técnica muy depurada que en el caso de los dos primeros no han logrado encontrar la regularidad en toda su carrera. El principal problema de los vigueses era -y sigue siendo- la falta de un líder atrás y los problemas en portería, aunque la llegada de un futbolista como Renato Tapia ha supuesto una mejora brutal en términos defensivos.
Óscar García Junyent había probado todos los sistemas posibles, aunque lo más asentados fueron el 4-4-2 y el 5-3-2 buscando ser más contundentes en área propia. La posesión era innegociable en su Celta, pero sin desequilibrio, sin dinamismo y sin un contexto que te permita explotar la calidad de los hombres que hablamos con anterioridad no se puede llegar a ningún sitio.
Puesta en contexto la situación que se encontró Coudet a su llegada a España, su primer rival, que de hecho fue el Sevilla FC, ya pudo comprobar el potencial que tenía el entrenador argentino y su plantel. Con un 4-1-3-2 que reflejaba el carácter del ex de Internacional, los nervionenses lograron golpear primero mientras los vigueses se asentaban en el campo y empezaban a poner en práctica la idea vertiginosa de su nuevo técnico, el Celta logró darle la vuelta al partido y si no es por En Nesyri, en el último minuto de la primera mitad, se hubieran marchado por delante en el Sánchez-Pizjuán. Ese partido lo acabarían perdiendo los celtiñas por 4-2, pero iba a ser una grandísima puesta en escena de lo que veríamos en los siguientes meses de la ‘chachoneta’.
VÍDEO | Resumen de la victoria del Sevilla FC ante el Celta (4-2)
Ese 4-1-3-2 permite realizar modificaciones durante el encuentro y en las distintas fases que tiene un encuentro. En fase ofensiva, Tapia se incrusta entre los centrales para dar amplitud en la salida de balón y Denis Suárez, el hombre al que ‘le ha cambiado la vida’ Coudet, se sitúa como un pivote, siendo este punto vital para poder salir con claridad. Con los laterales muy abiertos y profundos ocupando los dos carriles, los dos futbolista que parten desde los costados forman una doble mediapunta para ocupar más espacios interiores y dejarle ese carril a los laterales.


Esa variante del 3-5-2 en fase ofensiva le ha permitido ser, desde la llegada de Coudet, el tercer equipo de LaLiga más goleador del campeonato, solo por detrás de Barcelona y Real Madrid y ya supera los goles que consiguió anotar la pasada campaña a falta todavía de 9 encuentros (38 vs 37). Ese fútbol vertiginoso, arriesgado y de un ritmo tan alto debe ser la luz que ilumine el camino del cambio de estilo que tiene que darse en una liga española en la que los partidos rozan lo soporífero.
En defensa, sin embargo, el sistema pasa al 5-3-2 con Renato Tapia incrustado entre centrales teniendo más libertad que Araújo y Murillo para salir de su zona o al 4-3-3, con Brais y Denis acompañando a uno de los centrocampistas más recuperadores de LaLiga como es el caso del peruano.


A pesar de que es el tercer equipo más goleado de LaLiga, es complicado que un proyecto que arranca con la temporada comenzada logre conseguir el objetivo marcado. Coudet ha heredado la plantilla de Junyent y seguro que con un poco más de tiempo y con los perfiles adecuados logrará hacer de la ‘Chachoneta’ lo que vemos muchos en ella: uno de los equipos más atractivos y potentes de España.