Hablar de Juan Carlos Unzué es hacerlo de un referente. Primero como profesional, con una trayectoria intachable como portero, y segundo como luchador, enfrentándose al partido más duro que la vida le ha obligado a disputar. El próximo Dorsal de Leyenda del Sevilla FC ha sido, es y seguirá siendo una figura de renombre para el sevillismo y eso no necesita premio que lo ratifique.
Cantatore, Dassaev y Cuervas, un ‘choque’ de trenes
En 1989, Vicente Cantatore llegaba a Sevilla tras su paso por el Real Valladolid. En Nervión había grandes expectativas con su llegada que, finalmente, se acabaron convirtiendo en realidad. Los sevillistas lograron clasificarse a la antigua UEFA Europa League en un equipo con grandes nombres propios, sobre todo el de Rinat Dassaev.
‘El último guardián del telón de acero’ aterrizaba en la capital de Andalucía tras una de las negociaciones más complicadas que se recuerdan, casi a la misma altura que la de Diego Armando Maradona. Luis Cuervas, por aquel entonces presidente del Sevilla FC, desembolsó unos dos millones de dólares a la URSS para hacerse con los servicios de uno de los mejores porteros del momento.
La 90/91 no finalizó -ni empezó- de la mejor manera para ‘Rafaé’, como le nombraban en Sevilla. El Mundial de 1990 fue la última oportunidad que iba a tener el Estado Soviético de participar en un campeonato del mundo y el meta sevillista debía de jugar un papel importante, pero el debut de la URSS ante Rumanía en ese Mundial de Italia puso prácticamente fin a la carrera de Dassaev. Los rusos cayeron por 2-0, perdió la titularidad y acabaron cayendo en la fase de grupos.
Cantatore no quería seguir contando con el meta soviético y Luis Cuervas, a pesar de fichar a un joven Juan Carlos Unzué del FC Barcelona en un trueque por Nando, obligó al técnico argentino a alinearlo como titular pese a que no estaba cumpliendo las expectativas.
Los problemas con el alcohol, con dos accidentes en un foso de la antigua Real Fábrica de Tabacos de Sevilla, y una lesión crónica de rodilla acabaron con su estancia en Nervión en 1991. Unzué, que había estado a la sombra de Andoni Zubizarreta en el FC Barcelona, tenía que dar un golpetazo encima de la mesa. Era su momento.
Siete temporadas de historia
Con la rescisión de Dassaev, el Sevilla de la 90/91 contaba con Unzué y con un jovencísimo Monchi, ascendido del filial, como los porteros del primer equipo. El navarro disputó 31 encuentros con la elástica sevillista y encajó 35 tantos. A pesar de que grandes nombres como Polster, Jiménez o Zamorano, los nervionenses no lograron la clasificación a la UEFA.
Tras siete temporadas defendiendo la portería sevillista, la malograda 96/97 fue la última campaña de Juan Carlos Unzué como ‘Guardián de Nervión’. Camacho no consiguió dar con la tecla, Bilardo volvió para cuatro encuentros y Julián Rubio no pudo evitar el descenso sevillista a Segunda División en el Carlos Tartiere. En el último día de mercado, el meta navarro pondría rumbo al Tenerife por su alta ficha y las penurias económicas que asolarían a los nervionenses en los siguientes años.
‘Ahí está, ese es, es Juan Carlos Unzué’
Unzué se ganó a pulso el cariño de la parroquia sevillista. El ‘ahí está, ese es, es Juan Carlos Unzué’ que resonaba en el Sánchez-Pizjuán cada vez que se enfundaba los guantes para defender la meta sevillista y que luego se ha repetido cuando ha visitado el coliseo sevillista deja a las claras lo que ha significado el que, por datos, es uno de los mejores porteros de la historia nervionense.
El Sevilla FC siempre ha sido un equipo de grandes porteros. Andrés Palop, Paco Buyo, Busto, el propio Dassaev… y también Unzué. El meta navarro es, sin ir más lejos, el tercer portero con más partidos en la historia nervionense con 257 encuentros disputados, sólo por detrás de Palop (295) y Busto (401). Promedió 1.2 goles por partido, unas cifras que para la época que vivía el Sevilla no están del todo mal y, como dato esclarecedor, es que Unzué está entre los veinte porteros que más partidos han disputado en la historia de LaLiga sin encajar un gol, con 105 porterías imbatidas.
El Dorsal de Leyenda significará mucho para Juan Carlos Unzué, seguro, pero no existe reconocimiento más importante para una persona que el cariño, el recuerdo y la admiración hacia su figura, que se ha ganado como jugador y como luchador en estos duros momentos.
Agradecimientos a Fran Martínez (@LaLigaEnDirecto), Revista Líbero y Sevillismo en Vena.