Tras el despido de Julen Lopetegui, se abre una nueva etapa en el Sevilla FC. Una de las figuras más icónicas de la última década regresa a Nervión. Ahora las circunstancias son diferentes y Jorge Sampaoli asume el reto mayúsculo de revivir a un equipo en horas bajas. “No escucho y sigo” se convirtió en el lema de una temporada mágica que hizo soñar a todo el sevillismo hasta que el argentino comenzó a escuchar los cantos de sirena de la AFA.
Como ya lo hiciera en Marsella, el de Casilda llega a Sevilla tras haber analizado en profundidad la plantilla, lo que ofrece y sus posibilidades. Si algo tiene claro Jorge Sampaoli es que tiene que amoldarse a lo que hay. Construir una identidad de juego y recuperar la fortaleza en las áreas serán los principales objetivos del cuerpo técnico a corto plazo.
El primer reto no será ni mucho menos fácil. El Athletic Club de Bilbao, uno de los equipos más en forma del campeonato, llega a Sevilla como tercer clasificado y con los hermanos Williams en estado de gracia. Con dieciséis puntos, el conjunto vasco ha firmado uno de los mejores arranques ligueros de su historia.
Ernesto Valverde, que cuenta con las bajas de los lesionados Yuri Berchiche y Dani Vivia, espera la “mejor versión del Sevilla”. El último partido de los leones, frente al Almería en San Mamés, terminó con goleada local gracias a un excelso juego de ataque. Esta tarde, las transiciones serán la principal amenaza visitante ante las carencias físicas de los sevillistas en el repliegue.
Por su parte, Jorge Sampaoli recupera a Marcao para la lista de convocados. El brasileño, ahora sí, ha sido citado por primera vez desde su fichaje. El ex del Galatasaray ha sido el foco de todas las miradas después del gran desembolso económico que supuso su traspaso y llegar lesionado desde Turquía. Marcos Acuña vuelve a la convocatoria mientras que Fernando Reges y Karim Rekik siguen lesionados.
El técnico argentino, en una profunda entrevista realizada en los medios oficiales del club, destacó que había que volver a encontrar la “alegría de jugar”. Para Sampaoli, la energía no debe ir de la grada al campo, sino a la inversa. Solo de esa forma se generará una sinergia con la gente. Sinergia que, en Sevilla, es capaz de ganar partidos.