Si ya por verano veníamos comentando que esta temporada iba a ser la de las metamorfosis de los Ivan Rakitic y Papu Gómez, la realidad ha caído por su propio peso, eso sí, progresivamente para ambos jugadores.
No obstante, si es cierto que venía de un conflicto armado entre Gasperini y el Atalanta, del que todavía quedan resquicios, pero en este arranque de competición doméstica se han vistos pocos atisbos de ese liderazgo en el campo que tanto se necesita para la faceta ofensiva del cuadro comandado por Julen Lopetegui.
La estadística hecha realidad
Tirando de estadística, en el partido ante el recién ascendido Rayo Vallecano, en los 39 minutos que jugó, según Fbref.com, intentó tan solo un dribbling y tan solo dio un pase progresivo al área rival. Si es cierto que impuso mucho dinamismo al juego, y se espera más de él.
No en vano, contra el Getafe, donde partiría desde el once inicial y jugando 45 minutos, no realizó ningún pase vertical hacía la portería de David Soria y en cuanto a dribles se refiere, intentó dos y no tuvo éxito en ninguno. Aunque, hay que recalcar que fue un partido muy tosco y rocoso en cuanto al sistema defensivo del Getafe se refiere.
Ya por último, en la última jornada ante el Elche, si es verdad que dispuso de apenas 30 minutos en los que ejecutó 6 pases progresivos al área franquiverde pero tan solo mostró su gambeteo argentino en una ocasión.
Todo esto avala la realidad de un Papu Gómez que empieza a coger galones en el juego del equipo y que poco a poco se va reflejando su figura del Atalanta, un absoluto péndulo en cuanto al juego del equipo se refiere. Con “La Dea”, era el principal bastión y cerebro de las operaciones ofensivas.
El tiempo, su mejor aliado
Aún así, no hay que llevarse las manos a la cabeza como ya muchos se están pensando. Todo esto acaba de comenzar y tan solo llevamos 3 jornadas de Liga. Sea como fuere, el Papu Gómez está progresivamente asentándose en el juego del equipo para ir cosechando importancia en este y sobretodo y lo más importante del fútbol de ahora, confianza en sí mismo.
A seguir con la misma fórmula
En el fútbol, cuando algo funciona no hay que cambiarlo. A eso se tiene que ceñir Papu Gómez esta temporada con el cuadro hispalense. Reflejar el juego que desprendía en la atalanta, pero esta vez en el sur de España. Porque sí, porque Alejandro Darío Gómez tiene un imán en sus piernas que hace mejorar a los de su alrededor y todo gira en torno a su figura al poseer la piedra rosetta del buen juego y el dinamismo, con una pizca y un toque argentino.