¿Qué hubiera sido de este Sevilla FC con descanso? El parón le ha venido de fábula para mejorar ciertos aspectos que durante la temporada no se han podido trabajar y ha pasado por encima del Atleti durante casi todo el encuentro. Acuña en el segundo acto puso el único tanto del encuentro a centro medido de Navas para dejar LaLiga en el aire y demostrar lo que puede hacer el descanso a un equipo que lleva compitiendo año y medio.
Salvo torneos internacionales a nadie le interesa el fútbol de selecciones. Es más un descanso para periodistas y jugadores no convocados con sus selecciones que otra cosa. Se echaba de menos el fútbol doméstico tras dos semanas sin que rodara la bola en LaLiga y este fin de semana se esperaba con ganas, sobre todo para los aficionados de Sevilla FC y Atlético de Madrid con ese encuentro clave para los objetivos de ambos conjuntos.
Veníamos viendo que ambos equipos venían bajando sus prestaciones en las últimas semanas. Fruto del cansancio o de una idea desgastada, la incógnita era cómo iban a encarar ambos equipos un encuentro tan clave para sus aspiraciones.
El Sevilla disparó y luego preguntó. Pocas veces en la temporada hemos visto un ritmo tan alto en los de Lopetegui y con tanta capacidad para finalizar jugada. Superando en lo que mejor sabe al Atlético de Madrid, el asedio de los primeros minutos fue espectacular. Suso ya avisó tras una entrada peligrosa de Felipe sobre Ocampos -que puedo ser roja- de las malas intenciones con las que habían salido los nervionenses y Saúl cometió un claro penalti sobre Rakitic dentro del área por los problemas que le estaban creando al Atleti los de Lopetegui en campo propio. Por supuesto Ocampos iba a fallar el penalti en el 6′ porque eso es el Sevilla, una lobo que cuando huele sangre no es capaz de matar. Se debería de haber repetido la pena máxima, pero a la realización se le pasó enseñar como había hasta 5 hombres dentro del área cuando el argentino tira el penalti de forma horrible como ante el Barça en Copa del Rey.
Dejando fuera la polémica durante todo este escrito, la primera media hora del Sevilla FC fue un clínic de fútbol. En todas las facetas. Barrió al Atlético de Madrid y lo más destacable es que lo despojó de sus señas de identidad. Lopetegui ha trabajado la salida de balón durante el parón dándole diferentes alternativas en función a la presión rival y el posicionamiento sin balón tras pérdida fue excelso. El rol de Rakitic, jugando a uno dos toques, Jordán capitaneando la salida de balón, Suso y Ocampos imparables e indetectables y Acuña y Navas machacando por los costados. Una oda al fútbol fue lo que realizaron los nervionenses hasta que Simeone decidió pasar al 4-4-2 con la entrada de Correa sobre la media hora de partido.
Lo único que se le podía achacar a los de Lopetegui fue que perdonó demasiado. Puede ser la falta de un goleador de verdad, cosa que viendo los números se tiene en el club, pero le faltó tirar más y con más precisión durante el primer acto y el segundo iba a ser una copia casi calcada de los primeros 45 minutos salvo un punto menos de intensidad. El esfuerzo titánico para superar al Atlético de Madrid en todas las líneas estaba claro que iba a pasar factura. La duda era cuánto.
Ese 4-4-2 de Simeone hizo a los colchoneros más compactos atrás y le restó peligro a los de Lopetegui. No había tantos espacios para atacar y el ritmo decayó, pero no el dominio sevillista que fue de tal magnitud que la única ocasión clara de gol para el Atlético de Madrid llegó en el minuto 90 por parte de Correa que Bono se encargó de desbaratar. La de puntos que da un portero que para de verdad ya se tratará otro día.
Con ese ritmo más bajo el Atlético de Madrid sí que se sintió más cómodo, pero no mucho más. Las continuas incorporaciones de Acuña y sobre todo Navas eran un auténtico quebradero de cabeza y en una de esas embestidas por los costados, Suso le filtró un balón precioso al palaciego que, pese a que acabó contra la valla publicitaria, le puso un caramelito a Acuña que remató con el alma para batir a Oblak cuando menos se esperaba el gol. Uno de los goles más bonitos que se pueden ver, tácticamente, en el fútbol. Simple pero precioso.
Hubo fantasmas tras el gol del Sevilla. Muchos fantasmas. Tenía que defender el 1-0 ante uno de los equipos que hasta que se monta en el autobús no puedes estar tranquilo, pero la gestión de esos 20 minutos fue otra másterclass de ‘Cagategui’, apelativo por el que muchos aficionados sevillistas llaman al magnífico entrenador que tiene el Sevilla FC. Sin bajar un ápice la intensidad de la presión, sin esconderse atrás y con dos antiaéreos como Koundé y Diego Carlos para eliminar cualquier balón que sobrevolara el área de Bono, Nervión puede ser el juez de LaLiga tras doblegar al líder de forma sobresaliente.
La temporada se está haciendo larguísima y con el tiempo se le dará el valor que merece a lo que están haciendo Lopetegui y los suyos. Con total seguridad, vamos. No es normal la capacidad de sufrimiento, de no derrumbarse pese a todos los condicionantes que tiene en contra y, lo más destacable, cómo es capaz de plantarle cara al que se le cruce por delante. Chapó.
Ficha técnica
Once del Sevilla FC: Bono; Navas, Koundé, Diego Carlos, Acuña; Fernando, Jordán (86′, Gudelj), Rakitic; Ocampos (86′, Mudo Vázquez), Suso (76′, Papu Gómez) y De Jong (62′, En Nesyri).
Once del Atlético de Madrid: Oblak; Trippier, Hermoso (73′, Kondogbia), Giménez, Felipe, Lodi; Marcos Llorente, Saúl, Koke, Lemar (73′, Herrera); y Luis Suárez.
Goles: 1-0 (70′, Acuña).
Arbitraje: Gil Manzano (Comité Extremeño). Amonestó a Diego Carlos y Acuña. Vieron cartulina amarilla, también, por el lado colchonero, Felipe, Luis Suárez Llorente y Kondogbia.