La última incorporación invernal del Sevilla FC ha sido la renovación tardía que tanto pidió el sevillismo y que la dirección deportiva no cerró hasta tres temporadas más tarde. Pape Gueye, procedente del Olympique de Marsella en calidad de cedido, es sin duda una bocana de aire fresco para el mediocampo, aportando tanto fuerza y consistencia, como control de balón y dinamismo en el juego. No obstante, aunque rumorean diversos medios que el Sevilla ha llegado un acuerdo verbal para incorporar una cláusula de 10 millones de euros, el jugador está a expensas de la resolución de una sanción por 4 meses.
Gueye, quien deslumbraría a media Europa jugando en la Ligue 2, cerró su incorporación con el Watford en abril de 2020 como agente libre tras finalizar contrato con Le Havre. No obstante, cuando llegó la hora de la verdad, su agente llamó a los directivos del Watford confirmándoles que su representado firmaría con el Olympique de Marsella ya que las condiciones pactadas eran insuficientes. Como respuesta a este desplante, el club inglés decidió demandar al jugador por romper el precontrato, por lo que el 15 de enero de 2022 fue suspendido por cuatro meses de inhabilitación en todas las competiciones de la FIFA, un pago de 2.5 millones de euros que debía asumir el OM y dos ventanas de traspasos sin fichar. Como era de esperar, el conjunto marsellés apeló el primer recurso y el TAS le otorgó la cautelar. Hasta hoy 21 de febrero de 2023, la resolución final no ha llegado y parece que llegará más tarde de lo esperado, según confirmó Monchi, hasta el próximo verano.
En un principio, como informó L’Equipe, la resolución del TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo o Tribunal Arbitral du Sport) se daría los días 15 y 16 de febrero, aunque luego se aplazaría al 8 y 9 de marzo. Luego, como se ha citado anteriormente, Monchi apuntó que se daría en verano. Pero, ¿por qué se está retrasando tanto? No son pocos en Francia, más en Marsella, los que ya aseguran una respuesta que no está falta de lógica y argumentos de validez.
La respuesta que le dan ciertos medios franceses, como OhaiMe Passion, Football Club de Marseille y But Football Club, entre otros, es que la adquisición del 50% de los derechos de Luis Suárez, pertenecientes al Watford, han servido para estrechar la mano y poner paz entre los ingleses y el Olympique de Marsella. El equipo francés compró su parte al Granada y se hizo con los servicios del delantero colombiano. Es decir, no hacía falta pagar por el 50% restante a menos que hubiera un interés económico.Destacar que la familia Pozzo es accionista de Udinese, Granada y Watford, quien declaró la guerra al OM. Sin embargo, lo hizo y saltaron las alarmas en Marsella. Tal fue la magnitud del fichaje que La Provence, que ya preparaba una publicación acerca de este acuerdo, pisó el freno para contactar con el propio Pablo Longoria, de quien esperaban la confirmación de un acuerdo no oficial. Efectivamente, el presidente negó la correlación de este trato. Lo que sí comentaron tanto Longoria como el propio Pape Gueye es que no tienen miedo a la sanción y consideran un asunto que no les tiene preocupados. Extraña actitud.
Es un secreto a voces que es sabido -y mantenido vivo- por toda la afición marsellesa. El único negacionista es el presidente, aunque su respuesta era la esperada, nadie en su sano juicio desvelaría una técnica no oficial, que no ilegal, con la que evitar una sanción por diferencias económicas. Si ya están solventadas, ¿por qué seguir con el litigio adelante? En verano, si no se vuelve a aplazar la resolución, veremos si Pape Gueye se va de vacaciones 4 meses o, por lo contrario, pasa a formar parte de la plantilla sevillista de manera indefinida.