Merecía un homenaje a la altura de su rendimiento en el Sevilla. Un futbolista que, desde el primer día, focalizó todas sus miradas por su porte físico. Cuesta mucho más de lo que ha pagado el Aston Villa por él. Pero el Sevilla lo apostó todo por no vender la pasada temporada e ir a por objetivos más importantes a pesar de que no se consiguió el objetivo esperado y la venta estaba cantada, pero más inminente de lo esperado incluso.
No se entendería la mejor defensa de la historia del Sevilla, sin su mejor y más regular baluarte: Diego Carlos. Desde el primer al último día funcionó. Con días de desesperación cometiendo penaltis, pero también de orgullo por todas sus buenas acciones. El ‘cuadrado amurallado’ que tanto forjó la identidad del Sevilla en estos casi últimos tres años ya no existe (Bounou, Diego Carlos, Koundé y Fernando).



Tanto la temporada 2017/18 como la 2018/19 fueron dos cursos tremendamente complicados. Hasta en 13 ocasiones, el equipo hispalense encajó en esas dos campañas cuatro goles o más en un partido. Por cosas de la divina providencia, Monchi volvió a ser cabeza de león de la parcela deportiva sevillista y, con él, llegó el siempre discutido Lopetegui. El técnico vasco, por creencia personal, desde el primer día demostró que todo bueno ataque tiene como base la mejor defensa posible. Por muchas críticas que siga recibiendo, nadie podrá negar la identidad aportada y que sí perdió el equipo con los Berizzo, Montella y Machín.
El primer refuerzo para la nueva revolución que se iba a venir en la plantilla del Sevilla, en el verano de 2019, fue un desconocido central llamado Diego Carlos. Llegó el brasileño sin hacer ruido. Apenas ningún periodista anunció por redes sociales el avance de las negociaciones por el defensa carioca. De un día para otro, llegaba al Sevilla por unos 15 millones de euros.
Poco tardó en transmitir ilusión a la parroquia rojiblanca. La diferencia de nivel respecto a anteriores centrales era evidente. Sus cualidades físicas y técnicas hicieron de Diego Carlos en sus tres temporadas en el Sevilla, por regularidad y antigüedad, el mejor central de Primera División entre 2019 y 2022. Además, en Colonia (Alemania), sin su folclórico remate, sin sus penaltis cometidos y remontadas, la épica que rodea al séptimo título europeo del Sevilla no tendría el mismo valor.
Su presencia física, desde el primer día hasta el último, ha sorprendido a propios y extraños. Desde su primera acción, desde su primer balón dividido, ya sabes el tipo de futbolista que es. A campo abierto y en distancias cortas superar su figura solo está a la altura de unos pocos ‘elegidos’:
Impredecible, para mal o para bien, en las distancias cortas; concluyente en los balones por alto; excelente en balones divididos y hábil con la pelota cuando se trata de enviar desplazamientos de larga distancia.
Es evidente que el rendimiento de Diego Carlos no se puede entender sin Koundé o Fernando. Porque las sinergias entre estos tres futbolistas les han hecho ser mejores en lo individual y en lo colectivo.
Son muchos los nombres que a uno se le viene a la cabeza cuando relaciona las palabras “defensa” y “Sevilla FC”; pero, ninguno como un Diego Carlos que ha conseguido unir todas aquellas cualidades físicas, técnicas y de (casi) impecable historial para convertirse en lo que es, el mejor central de la historia del club