El partido ante el Fenerbahçe fue un palermasso, un golpe seco y clarificador en toda regla. Se vieron dos versiones diferentes, la experimentación de la primera parte contra el pragmatismo de la segunda.
El partido se compuso rápidamente de una primera parte donde el experimento y la carambola táctica que diseñó Jorge Sampaoli desconcertó al equipo que de tanto intercambio de jugadores a diferentes zonas generó una desorganización defensiva mientras que en la segunda parte, con los jugadores en sus posiciones naturales, con actitud y con intensidad, cambió la versión por completo y pudo marcharse del Sánchez-Pizjuán con un 2-0 de ventaja en la eliminatoria.
Sin duda alguna, el partido afirmó que hacer experimentos tácticos con un equipo en una dinámica negativa de resultados y sensaciones no suele ir bien. Cuando estás jugando en el barro, más siendo el Sevilla FC, uno de los grandes equipos de España, tienes que jugar lo más fácil y pragmático posible para salir de ese hoyo de los puestos de descenso.
Tetris táctico en la primera parte
A partir de ese Tetris táctico donde con balón, Acuña se situaba por dentro, como un mediocampista más para tener piernas ante posibles pérdidas y transiciones defensiva, y Rakitic se situaba por fuera, como falso carrilero, para buscar los cambios de orientación, el equipo se descompuso. Hubo situaciones donde esos intercambios constantes de posiciones entre Rakitic y Acuña provocaban espacios amplios donde el Fenerbahçe los supo aprovechar.
Ya sin balón, Acuña volvía por fuera, al carril izquierdo y dejaba a Ivan Rakitic situado de mediocentro acompañando a un Fernando que tampoco estuvo muy fino en el partido, máxime cuando el acompañante de la medular eran, en diferente situaciones, hasta tres jugadores distintos; Acuña, Telles y Rakitic.
Con esos constantes intercambios de posiciones el Sevilla se desorganizó defensivamente. Dejó mucho espacios en el intervalo entre centrales, a veces, esa incertidumbre de Acuña por dentro hacía que el equipo turco en varias transiciones superase la medular hispalense con mucha facilidad y sobre todo verticalidad.
La comodidad de posiciones
Con la entrada de Joan Jordán el equipo se sintió más cómodo y gracias a eso, Fernando también. Se pudo imponer un bloque más alto, robar en altura y en campo rival. Además, a partir de la entrada de Lamela y Ocampos, los dos argentinos le dieron el empuje físico necesario por banda que con intensidad y actitud para ir arriba sirvió para hacer dos goles a un Fenerbahçe que en defensa tiene mucho que desear.
Sin duda alguna estas dos versiones del Sevilla en este partido deberían hacer cambiar a un Sampaoli que le ocurrió lo mismo con el Marsella hasta que dejó de experimentar y de crear carambolas tácticas partidos si y partidos también.
Se acerca la época de Semana santa, hoy mismo ha habido un anticipo en rueda de prensa y Sampaoli ha cambiado de tramo en su hermandad de la Santa Flexibilidad. Tendrá que estar muy atento el diputado de tramo para darle otro Palermasso ante tantos experimentos.
