El esturión de Quilmes, como es conocido allí en Argentina, está de vuelta. Tras un gran tiempo recuperando su nivel, a base de esfuerzo y trabajo en silencio, el rendimiento de estos 12 últimos partidos da a conocer que el internacional con la albiceleste empieza a entonarse y ya hasta se encarna en lo que hizo en su primera temporada con el Sevilla FC, ser la principal baza ofensiva del Sevilla FC.
Sea como fuere, las críticas le han llovido a mares. La parroquia sevillista la tomaron contra él en los primeros partidos de La Liga puesto que vieron a un Ocampos en plena metamorfosis. No obstante, en lo que llevamos de Liga, Copa del Rey y Champions League anteriormente, lleva 7 goles y 2 asistencias Además, es el único jugador del equipo que ha participado a base de gol en las tres competiciones.
Una estadística más que curiosa que avala su resurgir es que Lucas Ocampos, según OptaJose, ha marcado 5 goles en 8 partidos, los mismo que en sus anteriores 43 encuentros ligueros con el Sevilla.
Además de esta progresión en positivo, lo que más hay que destacar de él es la regularidad que está consiguiendo en su juego y que pecaba de eso durante la temporada pasada y esta misma. Fuera aparte de eso, ha mejorado también en el apartado defensivo. A lo largo de los partido hace un gran esfuerzo a la hora de replegar rápido por el costado y denegar las superioridades del rival por la banda.
Ayer mismo se vio contra el Cádiz, donde abarcaría la banda derecha en la mayor parte del partido, donde sería una pieza importante tanto para la salida y circulación de balón como a la hora de ejecutar una proyección ofensiva exitosa. El mapa de calor nos lo muestra claramente.
La banda derecha, su verdadero zona de peligro
No en vano, su mejora ha venido a consecuencia de su posicionamiento en el campo. Como hemos comprobado durante su tres temporada, donde mejor rinde es en la banda derecha, pese a ser diestro.
Si es cierto que en la banda izquierda puede jugar a pierna cambiada para así buscar diagonales hacía pasillos interiores y buscar el tiro cruzado, pero lo que verdaderamente le gusta al argentino es encarar y pisar área rival lo más pronto posible y por tanto, su mejor perfil para ejecutarlo es el derecho.
Como vemos en estos dos mapas de calor ante el Real Madrid y Atlético de Madrid, el argentino abarca todo el costado derecho y su figura es muy importante en la salida de balón, a la hora de ejecutar automatismos con movimientos interiores que desplacen jugadores a su demarcación y dejen libre al lateral en cuestión, en este caso Montiel.
Algo diferente de lo normal
Dentro de lo poco vertical que es el Sevilla FC en su juego, Lucas Ocampos es así por decir la oveja negra de la familia. Aunque oveja negra no en el mal sentido de la palabra, todo lo contrario, en el buen sentido al beneficiar a un juego del Sevilla que peca de eso, de poca verticalidad pero mucho anchismo, por donde progresan.
En todo el plantel sevillista, Ocampos es el jugador que más dribblings ha intentado, con un total de 48, siendo de esos 36, 19 con éxito. Si es cierto que no son números muy altos para lo que ha jugado de temporada, pero son una muestra de que el argentino cuando la tiene con el balón no especula ni da el pase de seguridad al centro, sino que encara al rival coon mucho ánimo vertical.
Un ánimo vertical que si es verdad que en ocasiones le sobreexcita. En muchos momentos del partido donde el contexto no lo requiere, Ocampos ejecuta malas tomas de decisiones que lastran una proyección ofensiva exitosa del Sevilla. Eso no lo duda nadie, como tampoco su insistencia y su esfuerzo físicos durante los 90 minutos de partido.
La pregunta que se hacen todos
¿Bastará con un gran nivel de Ocampos como para que el Sevilla tenga esa gran capacidad goleadora que le falta y que la necesita realmente para llegar al último tramo de la liga vivo por el liderato?
Por el momento Lucas Ocampos está recobrando su mejor versión, la que tuvo en una primera temporada donde el argentino era la principal arma letal de un Sevilla que no tenía un referente arriba muy clara. Hasta ahora, En-Nesyri entre las lesiones y su convocatoria a la Copa África no ha podido jugar la mayoría de partidos y otros como Rafa Mir se siguen adaptando al juego del equipo.
Es ahí donde radica la gran importancia de un Lucas Ocampos que empezó desquiciado, mermado físicamente, pero que el tiempo le ha hecho recobrar una de sus mejores versiones y se está echando el equipo a la espalda.