La etapa de Marcelino García Toral en el Sevilla FC fue un auténtico fracaso. El técnico asturiano recaló en Nervión en la 11-12 para sustituir a Gregorio Manzano tras una gran temporada en el Racing de Santander, en la que logró la décimo-segunda posición en liga, y había muchas esperanzas en el proyecto como ha asegurado Monchi en más de única ocasión.
Por una cosa o por otra, esa temporada en Nervión no pasará a la historia ni mucho menos. Desde la previa de Europa League ante el Hannover 96 se empezó a torcer el curso, quedando eliminado por los alemanes en la que sería la única no participación del Sevilla en 18 temporadas. Cierto es que no concedió derrotas en las primeras nueve jornadas ligueras, pero los problemas de cara a portería que tenía el equipo con jugadores de la talla de Frederick Kanouté eran mayúsculos.
Esas nueve primeras fechas fueron el comienzo del fin de la corta relación de Marcelino García Toral y el Sevilla FC. La eliminación ante el Valencia en Copa del Rey, los malos resultados provenientes de la falta de gol y la pérdida del control vestuario fueron las causas de un proyecto ilusionante que se acabó cayendo por su propio peso. El carácter del asturiano pudo tener que ver con esto último, puesto que se recuerdan enfrentamientos con Andrés Palop o el mismo Kanouté. Dos victorias en los siguientes catorce partidos acabaron con la etapa del asturiano en el Sánchez-Pizjuán.
“De que no funcionase Marcelino en el Sevilla el gran responsable fue Monchi, porque no supo hacerle una plantilla en orden a las necesidades y a los perfiles que él necesitaba. Me confundí, me confundí, no fui capaz de darle la plantilla que él necesitaba. Marcelino no triunfó en el Sevilla por un error mío”
Se sucedieron muchos problemas en la relación de Marcelino y el Sevilla y los datos muestran que la entidad nervionense ha sido el peor destino de su carrera como entrenador. Con un 44.4% de victorias en los 27 partidos en los que dirigió a los sevillistas desde la banda es el peor ratio del asturiano en un banquillo de fútbol, seguido por el que consiguió en los 17 encuentros que dirigió la temporada anterior en el Racing Santander (50 por ciento).
La ilusión tanto de Monchi como la del propio Marcelino de hacer algo grande no logró funcionar y Míchel acabó haciéndose cargo del equipo tras la destitución del ahora técnico del Athletic de Bilbao, que volverá a un estadio en el que ni tuvo suerte ni logró encandilar a la parroquia sevillista.