El Sevilla FC volvió a dejarse puntos a costa de la especulación. Tras el gol de Ocampos se volvieron a dar dos pasos atrás y jugar con fuego es lo que tiene, que te acabas quemando. Dos puntos perdidos que tienen un único culpable.
Bono (6). Tuvo que intervenir en algún que otro centro. No pudo hacer nada en el gol de Carnero.
Navas (5). Mal partido del palaciego, que no apareció en ataque y cuando lo hizo sin peligro. Podría haber descansado un poco más.
Koundé (7). De lo más regular en el Sevilla, como siempre. Dejó alguna que otra cabalgada hacia arriba intentado sacar al equipo de atrás pero ni por esa.
Diego Carlos (7). En su media, sin más.
Acuña (5). Como sus compañeros: de más a muy menos. De vital al comienzo a inherente al final. Sufrió con Orellana.
Fernando (7). La misma nota que sus compañeros de fatigas. No puede hacer más de lo que hace, que ya tiene bastante con intentar sostener un centro del campo del que forman parte Rakitic y Óliver Torres.
Rakitic (5). Podría haber tenido un siete, pero con futbolistas que yerran tanto en la salida de balón, que no hacen lo que le demanda el partido o que ralentizan la jugada tanto es complicado hacerle daño a cualquiera.
Óliver Torres (4). Si al comienzo de la crónica fue elogiado, aquí es castigado. De revulsivo no funciona mal, pero para ser el director de orquesta del Sevilla FC no. Si fuese regular, a lo mejor.
Suso (6). Detalles y poco más. Sigue siendo el más diferencial arriba aunque no logra participar más.
Ocampos (7). Bien por el gol, regular por su aportación y mal por su error ante Masip cuando podía haber buscado otra solución mucho más asequible.
CAMBIOS
De Jong (-). Aportó lo que viene siendo habitual en este tramo de temporada: nada.
Jordán (-). Muchos minutos ante el Ciudad de Lucena es lo que tiene, que no puedas poner a uno de tus mejores futbolistas.
Gudelj (4). Pudo ser expulsado en una acción con Toni Villa que poco sentido tenía.
Óscar Rodríguez (-). ¿Intervino alguna vez?
Lopetegui (0). Se repite una y otra vez la misma historia y parece que no va a cambiar. ¿Por qué se especula ante un rival claramente inferior y al que estás apabullando? Igual que gana muchos partidos gracias a su dirección de campo, la culpa exclusiva de la derrota recae en él.